Discurso 03/2013
24 de junio de 2013
Muy buenos días a todas y todos, bienvenidas y bienvenidos a la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal. Saludo con respeto y agradezco la presencia del doctor Miguel Ángel Mancera, Jefe de Gobierno del Distrito Federal, del doctor Edgar Elías Azar, Magistrado Presidente del Tribunal Superior de Justicia de esta ciudad, así como del Diputado Manuel Granados, Presidente de la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. Agradezco también la participación en este acto del maestro Edgar Cortez, miembro del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia, quien aceptó acompañarnos como miembro de la Sociedad Civil, y del maestro José Woldenberg, Consejero Honorario de esta Comisión, en representación de ese Órgano Consultivo.
Saludo y agradezco con mucho afecto la presencia de los y las Consejeras y ex Consejeras de esta Comisión, de Emilio Álvarez Icaza, ex Presidente de la misma, así como de mis colegas ombudsperson en Baja California, Chihuahua, Estado de México, Hidalgo, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Querétaro y Tlaxcala; a los representantes de los organismos públicos de defensa de derechos humanos de Chiapas, Guerrero, Nuevo León y Quintana Roo. Agradezco también la presencia de las y los embajadores y representantes diplomáticos de Alemania, Bélgica, Bolivia, Brasil, España, Finlandia, Francia, Honduras, Libia, Líbano, Noruega, Panamá, Reino Unido, Suiza y la Unión Europea; a los representantes en México de UNICEF, OACNUDH y ACNUR, la Organización Internacional para las Migraciones y el Comité Internacional de la Cruz Roja.
También doy la más cordial bienvenida a las y los titulares y miembros de las Organizaciones de la Sociedad Civil y la academia que defienden y promueven los derechos humanos de las mujeres, de las juventudes, de la infancia y la adolescencia, de las personas adultas mayores, de las personas con discapacidad, de las personas migrantes, de la comunidad LGBTTTI, de las poblaciones callejeras, de aquéllas interesadas en proteger el medio ambiente, la participación ciudadana, los DESCA, la seguridad ciudadana y el debido proceso; de igual manera saludo y aprecio que estén aquí los representantes del ámbito sindical y del empresariado de la ciudad.
Desde luego también doy la bienvenida cordial a servidores y servidoras públicas de la administración pública federal, estatal y del Distrito Federal, legisladores y legisladoras locales y federales, titulares y miembros de los órganos autónomos locales, estatales y federales, amigas y amigos de los medios de comunicación, compañeras y compañeros de la CDHDF, miembros de mi familia, amigas y amigos todos. (Me gustaría mencionarles por nombre a cada una y cada uno de ustedes, pero no quiero cometer alguna imperdonable omisión. Todas y todos, aliados, amigos y cómplices en las tareas y fines que persigue esta institución autónoma de defensa y promoción de los derechos humanos, siéntanse muy bienvenidas y bienvenidos, este espacio es su casa y este evento su evento).
SITUACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS EN 2012
El pasado 18 de abril rendí cuentas ante la Asamblea Legislativa del Distrito Federal sobre la situación que durante 2012 guardaron los derechos humanos en la ciudad de México. En síntesis: violaciones estructurales y legales en el sistema de procuración de justicia que hemos evidenciado a través de nuestra posición contra el arraigo, la presentación de probables responsables ante medios de comunicación y la incriminación de personas inocentes; una situación ciertamente crítica en el sistema penitenciario, la prevalencia de la tortura y del abuso policial; una preocupación creciente en temas ambientales y de seguridad humana: predación de bosques y tala de árboles, acceso al agua, invasión de reservas ambientalmente protegidas, problemas en materia de movilidad, de disposición de residuos sólidos, basura y materiales tóxicos, contaminación de ríos, la explosión inmobiliaria y la obstaculización y estigmatización de la participación ciudadana interesada en estos temas. Dimos cuenta también de la situación de las diferentes identidades que conforman el crisol social de nuestra ciudad, de los pendientes en términos de inclusión y no discriminación de las mujeres, las y los jóvenes, infantes y adolescentes, las personas con discapacidad, la comunidad de la diversidad sexual, los adultos mayores, las y los trabajadores de la ciudad, las personas migrantes y las poblaciones callejeras. Todo ello sobre la base de las desigualdades económicas, sociales y culturales que prevalecen en nuestra ciudad. Reclamamos también en ese espacio, la actitud displicente que hasta diciembre de 2012 tuvo la Jefatura de Gobierno frente a este organismo público autónomo que se tradujo en tensión y dificultad para trabajar conjuntamente a favor de los derechos y para resarcir a las víctimas.
UNA NUEVA COYUNTURA
Nos encontramos, sin embargo, en una coyuntura especial que se nos ofrece en diversos niveles: por una parte, el marco normativo actual, a partir de las reformas constitucionales en materia penal y de amparo, especialmente de la del verano de 2011 en materia de derechos humanos, exigen un cambio de actitud desde el formalismo y el parroquialismojurídico de antaño, hacia una visión progresista que haga de los derechos humanos el eje de nuestra Constitución Federal, lo que debe impactar en la conciencia jurídica sin duda, pero también en la política pública y en las prácticas en todos los órdenes y niveles de gobierno del Estado mexicano; vale la pena decir que lo que en el pasado podía remitirse a debates teóricos y posiciones académicas que solían ser cuestionadas, hoy constituyen obligaciones constitucionales de defensa, protección, promoción y garantía de los derechos humanos que son y deben ser exigidas desde una ciudadanía cada vez más consciente de sus derechos. Por la otra, la realidad de una sociedad civil organizada que en la ciudad de México es muy sólida, que está ávida de participar en condiciones de horizontalidad en la problematización de la ciudad y en la búsqueda, construcción, valoración y corrección de soluciones de los pendientes que nos son comunes; las organizaciones han estado trabajando la ciudad hace años, por lo que cuentan con enfoques, diagnósticos, conocimiento y experiencia invaluable sobre esta capital, pero sobre todo, aportan el interés de quien vive la urbe, de quien lejos de la seducción del poder, quiere en serio que la ciudad de México sea el mejor lugar para vivir con libertad, con certeza sobre la no regresividad respecto de lo que han construido, y con horizonte, con perspectiva de futuro sobre la ciudad que todas y todos deseamos para los próximos cincuenta años.
En este contexto, juega un tercer elemento que inevitablemente se convierte en un impulsor de esperanza, por el bien de todas y de todos: el inicio de un nuevo gobierno del que esperamos tres cosas fundamentales. Uno, consolidación de aquello que ha hecho de la ciudad de México vanguardia en el país; ahí se hace necesario ir de las palabras a los hechos, de las reformas legales a las políticas públicas y de éstas a las prácticas institucionalizadas. Dos, incorporación de nuevos derechos, lo que requiere de debates abiertos y sinceros sobre temas de frontera: una posición de vanguardia también frente al sistema penal, frente a la legalización de las drogas y hacia la sumisión de los poderes fácticos a la rectoría del Estado. Es importante que se restablezca lo público, que debe ser de nadie, para que sea todos, lejos de los intereses particularizantes, por cierto distribuidos por igual en los grupos económicos, de poder político, ideológico y religioso de la ciudad, para incorporar más bien, una visión de respeto irrestricto por las identidades y los estilos de vida que éstas despliegan y por un compromiso claro con el Estado laico, con la igualdad material que es condición para participar con equidad en el contexto de una sociedad plural, diversa y como he dicho, desigual. Tres, un compromiso serio y decido con los derechos humanos. Vale decir aquí, como lo he hecho en otros momentos, que en una metrópoli compleja como la nuestra y en un contexto de transición como el que estamos viviendo, es irreal la ausencia de violaciones a los derechos humanos; por tanto, un gobierno democrático no es el que recibe menos Recomendaciones, sino el que las acepta y cumple, el que no regatea ni confronta a los organismos y organizaciones protectoras de derechos humanos, sino el que las aprovecha para mejorar y para construir una dimensión sustantiva para la democracia.
RETOS PARA LA CDHDF
Para la CDHDF estos tres elementos contextuales constituyen la más importante ventana de oportunidad para avanzar como una institución de Estado con vocación eminentemente ciudadana, hacia la construcción de un modelo de gobernanza que le permita articular la experiencia y el conocimiento de la sociedad civil y de la academia, con las obligaciones y capacidad de ejecución de los órganos de gobierno de la ciudad para empujar acciones colectivas, cambios de actitud, modificaciones e inserciones legislativas, políticas públicas y actos de gobierno, así como para provocar decisiones judiciales orientadas a transformar las prácticas sociales hacia una verdadera cultura de los derechos humanos. Nos hemos preparado estructural y funcionalmente para seguir siendo un agente de cambio, un articulador de esfuerzos, el modelo y el ejemplo de una institución eminentemente ciudadana. Han recibido ustedes un documento que les participa lo que hemos hecho a lo largo de estos tres años y medio desde que tomé la titularidad de esta institución. Como verán, el esfuerzo se articula en tres ejes básicos: consolidación de lo realizado por las administraciones que me precedieron; innovación, a través de la creación de nuevas áreas, de nuevos métodos de trabajo y de comunicación con la sociedad, y proyección, que significa lanzar los piales simbólicamente hacia los no convencidos, territorialmente hacia quienes nos hallan como referente allende la frontera del Distrito Federal y temporalmente hacia el futuro, hacia la Comisión de Derechos Humanos que queremos ver en la siguiente década.
Hoy la CDHDF es una institución orientada a la incidencia: empoderamos personas, construimos ciudadanía, generamos sinergia y fortalecemos nuestra propia institucionalidad para producir congruencia entre lo que somos y lo que hacemos. Con ese horizonte, la CDHDF ha demostrado ser una institución valiente, con la fuerza y la sustancia para entablar debates contramayoritarios, ponerlos en la agenda pública y ganarlos; una institución comprometida, que lleva sus atribuciones al límite, encontrando siempre el modo de transcenderlos en aras de la protección y defensa de los derechos de las personas; una institución local con vocación global, que sabe jugar también en la arena internacional para lograr sus objetivos; una institución que lidera por su creatividad, su empeño y su solidez técnica; una institución capaz de producir sinergia con todos los actores de la ciudad. En suma, una institución profesional, experimentada, sensible, pero sobre todo, autónoma; una garantía de derechos para la ciudadanía, en el sentido más amplio del término.
RELACIÓN CON EL GOBIERNO DE LA CIUDAD
Doctor Miguel Ángel Mancera, es mi deber informar a la ciudadanía que hay buenas razones para pensar que su gobierno está mostrando interés y compromiso con esta Comisión y por lo tanto con los fines que perseguimos. Usted ha dado la instrucción a su gabinete de aceptar las Recomendaciones que ha recibido e incluso varias Recomendaciones que su antecesor en el cargo rechazó. Eso lo agradecemos sinceramente porque en el fondo ello repercute en la reparación del daño a las víctimas. Quiero destacar muy especialmente su actitud frente a nuestra Recomendación 07/2013 sobre los hechos ocurridos el 1ero de diciembre del año pasado; también es destacar su decisión de debilitar el régimen de arraigo y de limitar la presentación de probables responsables ante medios de comunicación, y quiero reconocer el valor civil que demostró con su presencia en el quinto aniversario luctuoso de la tragedia del New´s Divine, así como su compromiso con las familias y con las y los jóvenes, quienes necesitan un mensaje claro de su parte de que podemos construirles un destino que les aleje del delito, de la criminalización, de la cárcel y desde luego de la muerte. Damos cuenta con estos hechos de un giro positivo del Gobierno de la Ciudad hacia la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal y hacia los derechos de las personas. Sabemos que hay pendientes —al principio de mi intervención le he mencionado los principales— y que éstos no se resuelven de la noche a la mañana, y por eso, en ejercicio pleno de nuestra autonomía, sabremos reconocer el que se atiendan o reclamar y denunciar que ello no ocurra. Con respeto, le conmino a estimular a las y los servidores públicos de su Gobierno que desde el primer día de su administración están colaborando con nosotros, afortunadamente la mayoría, muchos de los cuales se encuentran aquí esta mañana. E igualmente pido su apoyo para motivar —como de hecho ya lo ha venido haciendo— a quienes se resistan a cumplir con el deber que la Constitución federal y nuestras leyes locales les asignan para con este órgano autónomo y los derechos humanos. Lo mismo solicito con respeto a los titulares de los órganos legislativo y judicial de la ciudad: promovamos un funcionariado público responsable, que trabaje por y para los derechos humanos, que destierre de la administración pública de la ciudad la misoginia, la homofobia y la discriminación.
MENSAJE POLÍTICO
Titulares de los órganos de gobierno: esta Comisión está lista para impulsar la reforma política, para participar junto con la sociedad civil y la academia en la construcción de una Constitución para la ciudad, en la conformación de nuevos poderes, de nuevas representaciones y de nuevas relaciones entre Estado y ciudadanía, siempre alrededor de los derechos humanos. También lo está para colaborar con la implementación de la reforma penal, de la que se ha avanzado casi nada, no obstante quedan pocos años devacatio legis. Tenemos el expertisse necesario para convocar a especialistas y para participar directamente en las reformas policial y penitenciaría que tanta falta nos hacen. Estamos de su lado, sin duda también, en la lucha contra la corrupción; esta ciudad no se merece ser rehén de nadie, sin duda no de los poderes fácticos, económicos y políticos que buscan usufructuarla, ni tampoco de los grupos que intentan desestabilizarla. Esta ciudad es de y para todas y todos. Por eso también refrendamos nuestro compromiso con la seguridad ciudadana, en el entendido de que ésta no sólo no se opone a los derechos humanos, sino que es precisamente el resultado de su respeto, garantía y protección. Desde este lado nos toca colocar los límites que legitiman el uso de la fuerza pública. Úsela siempre dentro de esos límites, y encontrará nuestro respaldo irrestricto. Ayúdenos también a investigar, sancionar y reparar los daños que ocasiona el uso abusivo de las facultades que las y los ciudadanos hemos puesto legítimamente en sus manos para asegurar el ejercicio de nuestros derechos.
MENSAJE FINAL
Señoras y señores, amigas y amigos todos, en estos momentos me parece fundamental cerrar filas, ciudadanía, sociedad civil organizada, academia, sindicatos, empresarios, gente de los medios y de la cultura, y por supuesto el ombudsman y los órganos de gobierno del Distrito Federal, para construirle un relato afortunado a la ciudad, una ciudad de libertades, de participación ciudadana, de vanguardia, cosmopolita, equitativa, respetuosa de la diversidad y comprometida con el abatimiento de la desigualdad: la ciudad que queremos, comprometida en suma, con los derechos de su gente. La Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal extiende su mano, y pone a la disposición de habitantes y transeúntes de esta ciudad capital, su institucionalidad, a su comunidad —un ombudsman con 600 rostros que trabaja 24 horas al día, los 365 días del año— su talento, su creatividad, su arrojo, pero sobre todo su compromiso con la autonomía, para que el Distrito Federal sea, en serio, una sociedad de derechos. Muchas gracias y buenos días.