miércoles , 24 abril 2024

Palabras de la Presidenta de la CDHCM, Nashieli Ramírez, en la presentación del libro «Mamás en cuarentena. Historias de la pandemia.»

Discurso 39/2020
30 de septiembre de 2020

Buenas tardes… Sí, fíjate que lo toqué por…, como en esto que tú marcabas al principio, Olimpia, que hay cosas en donde te puedes ver en un espejo. Ésa es la ventaja de este libro que yo invito a que lo lean; que en las 48 historias en alguna parte —tú lo dices y dices— son como un espejo.

Y lo que yo digo: Son como un espejo y eso te sirve para no sentirte sola, porque muchas veces en esta cotidianidad —y luego en estas transformaciones— sentimos que lo que nos está pasando a nosotras nada más nos está pasando a nosotras; y creo que la gran riqueza del libro es que nos permite esto: ver que esto es en compañía también, aunque sea a la distancia.

Y la otra fundamental es lo que tú decías. A mí me interesaba mucho proveer que dentro de cómo se tejen las historias había un punto de coincidencia y era que todas éramos madres por elección.

Y paradójicamente, exactamente, estamos en la semana, el lunes estábamos en el mundo celebrando esto que se generó hace algunos años en Argentina que es la Marea Verde, y básicamente es la demanda de las mujeres por su derecho a decidir.

Y entonces esto es una parte para mí muy importante de destacar también, porque entre toda esta diversidad tenemos que asumir que nosotras —las que estamos ahí de una u otra manera que participamos en esta compilación— lo somos porque quisimos serlo; y entonces eso sí marca una diferencia estructural importante.

Y lo que yo señalaba ahí, y se ha venido, digamos, reforzando en estos últimos tiempos es qué va a pasar con esta elección en este contexto de pandemia.

En este contexto de pandemia en donde finalmente los encierros tienen…, son claroscuros y a la vez que abre oportunidades también abren riesgos y los potencializa; y uno de ellos pueden ser exactamente el no poder, por ejemplo, tener acceso a anticonceptivos, o ser sujetas a una violencia tal, que permita que tú tengas embarazos no deseados.

Ante un México y un mundo…, porque el proceso de embarazos adolescentes ha ido…, es un asunto que compete a todos, a la mayoría de los países. Algo está pasando con nuestras jóvenes y nuestras adolescentes que —más allá de la estructura multifactorial que tiene este fenómeno— deciden que su futuro de vida a los 15 años es ser mamá.

Entonces creo que… Aquí, por ejemplo, en el país, en México, estamos celebrando los 30 años…, el 21 de septiembre cumplimos 30 años de que en México entró en vigor la Convención de los Derechos del Niño —ratificada por el Senado— y estábamos haciendo con mi equipo un ejercicio de cómo estaba la infancia hace 30 años y cómo está ahorita.

Y uno de los indicadores que siguen más bien en retroceso es el de fecundidad en adolescentes. En 1990 teníamos 43 puntos de fecundidad y ahorita tenemos 47, 30 años después.

Quiere decir que no nada más no hemos mejorado, sino que estamos básicamente atrasándonos y seguimos con un pendiente ahí que cada vez se complica más.

Yo quise, digamos, resaltar eso en la parte del prólogo, en estas lógicas de las maternidades por elección, que son las que debemos hacer prevalecer con todo, que nos permiten afrontar este tipo de cambios de otra manera y más amorosa y más gozosa con todo y los problemas que hay, y que pues esa es una parte importante.

Y, pues bueno, sí quisiera compartirles que yo tengo la dicha de tener muchas amigas periodistas como las que están aquí, y muchas…, algunas varias de las que escribieron, siempre he creído que no nada más me fortalece en términos personales.

En mi agenda de derechos siempre he creído que la manera que ustedes transmiten es una manera que le llega más a la gente y que no nada más es anecdótico.

Como tú me decías, Olimpia, hay cosas que reflexionar. Lo decía a Cintia, lo estaba planteando Isela cuando habla de la parte del derecho a la educación; y yo aquí —después lo profundizamos si quieren al final— quisiera decir: esto también tiene que ver con reflexiones en cuanto a lo que es el sistema de cuidados. El derecho al cuidado, que es un derecho que tenemos que construir, que tenemos que demandar y que todavía el Estado no lo ve como tal.

Y que ayudaría…, o fortalecería muchas de las cosas que vivimos como en lo individual y no en lo colectivo, y como una responsabilidad privada como si no fuera —como debe de ser— una responsabilidad también el Estado y colectiva…

…Sí, claro, fíjate que…, digamos, y sobre todo si hablamos del libro estamos hablando además de una realidad que de repente nos cayó mucho más fuerte: Todas trabajamos, la mayoría.

Si no trabajábamos en ese momento, teníamos un pasado muy reciente de trabajo constante y de repente también nos cambia el escenario, hasta para las que trabajaban en casa.

Muchas de ustedes hacen mucho trabajo cotidiano en casa, pero la verdad es que el contexto enmarcó esto que estás planteando.

No nada más en lo que tiene que ver con violencia, sino las cargas en términos del trabajo de todos los días, ahora sí que de todos los días tener que hacer y tener que estar…, y tener que estar atendiendo todo el tiempo y concentrados en los niños, en las niñas.

Que además, digamos, tiene sus matices de diferencia en cuanto a la autonomía si es que tienes un bebé o un niño primera infancia, a que si tienes una adolescente. Pero como lo vimos en muchas de las historias, digamos, todas tienen un impacto y tuvieron un impacto real en términos de las cargas a mujeres.

Yo creo que hoy además…, si lo ven ahí, —y ustedes lo plantearon muy bien en la introducción—, también hay cuestiones que tienen que ver en este regreso, porque esto no se acaba aquí. Yo creo que esa es la gran reflexión.

Éste es como el preámbulo. Ahora sí que mi prólogo es el prólogo…, y lo que ustedes escribieron es el prólogo de lo que viene.

Yo creo tendríamos, discúlpenme, que hacer la segunda parte de maternidades de la pandemia como por etapas, que eso es lo que estamos viendo. Es decir, nosotros lo vemos en derechos humanos, digamos, las quejas, lo que la gente se acerca ha ido cambiando, dependiendo de la etapa de la pandemia.

Los retos en la escuela, todo eso, va a ir cambiando y creo que nos toca una época muy fuerte de transformaciones, muy fuerte en términos de lo que a las mujeres nos va a tocar vivir.

Las mujeres somos, digamos, quienes sostienen en mucha medida las jefaturas familiares en la Ciudad de México, por ejemplo; y se dedican al trabajo informal. Ha estado pegando muchísimo en el trabajo informal, se está hablando de cómo las pérdidas de trabajo formal van a tener una preferencia masculina.

Acuérdense lo que pasó después de la Segunda Guerra Mundial —por decirlo así—, el desplazamiento laboral de las mujeres cuando regresan los hombres de la guerra, cuando tenían posicionado un avance, pues vamos a tener problemas en general que tienen que ver con el empleo, con el trabajo y le va a pegar doblemente a las mujeres.

Hay un impacto…, como nos impacta a nosotras la misma incertidumbre, el mismo estrés y en la misma preocupación por los alrededores y por lo que pasa, le impacta a nuestros hijos y a nuestras hijas de diferente manera.

Pero lo que tenemos que hacer…, es decir, esa realidad está ahí; y fíjate que me robaste lo que (inaudible) habla cuando habla de cómo su hijo en la bañera le pregunta eso cuando lo está bañando y es…, tiene 4 años; pero por ejemplo Silvia Elizabeth Rodríguez nos habla de su hija que va a entrar a la universidad y como le reclama, como su angustia es: Perdí mi graduación, quién me va a reponer este tiempo perdido, que es como éstas lógica cuando eres adolescente, que es verdad, o sea, quién… En esta etapa de vida los días son fundamentales, aunque se te olviden después son fundamentales.

Y creo que el primer reconocimiento que se hace a lo largo de todas las historias, y creo que eso es muy importante, es el gran reto que tenemos nada más por la supervivencia económica, sino como Isela lo marcaba, la supervivencia emocional y de contención, que además es algo que es responsabilidad de nosotras, lamentablemente.

¿Por qué? Porque todavía no tenemos democratizada la crianza y hablemos claro: eso es una realidad.

Entonces esa realidad nos coloca en lo que tú estabas planteando ahorita y en lo que yo estoy completamente de acuerdo, que vamos a tener… Yo ya ni siquiera hablo de triples jornadas, yo creo que es como multijornada, así como multitask, es todo lo que finalmente hoy es nuestra realidad.

…Simplemente decirles…, bueno, volver a insistir que lean las historias, son 48 historias maravillosas, insistirles en que este proceso es a la vez de catártico es sanador. Invitar…, Ojalá no nada más a que lo lean y lean las historias y se reflejen, sino que escriban como quiera que sea o que hablen como quiera que quieran hablar, hasta si quieren en un espejo para que no te sientas en soledad. Creo que eso es sumamente importante.

La otra es que pensemos en ese tiempo como nuestras propias maternidades. Nueve meses a término, más o menos…, ahí vamos, en noviembre para Cintia, para nosotros en diciembre ya estaremos en los 9 meses y pensamos que algo hemos estado formando y construyendo esta vez no en nuestra matriz, sino en este otra matriz, que nos permita echarle para adelante. Creo que eso es lo que debe prevalecer.

Si uno no le apuesta a la empatía, si uno no la apuesta a esto que nos hace ser colectivo, si uno no le apuesta a que a pesar de lo que esté pasando y lo que vaya a pasar y cómo que nos transformó y se nos va a transformar el mundo, como no lo teníamos pensado simplemente el año pasado, por decir un punto de referencia, estaremos perdidos.

Y déjenme concluir simplemente con… Acabo de leer… Rosa Montero es una de mis escritoras favoritas, acaba de sacar su último libro que se llama “La buena suerte”. Entre otras cosas dice que la buena suerte siempre se construye y también lo creo, pero termina casi al final con una frase que me gustó mucho y dice que: Ser feliz es un hábito.

Y entonces pues decirles a todas las que escribieron, las que promovieron esto en específico, a Olimpia y a Cintia, que eso es lo que tenemos que repetirnos. Eso es lo que tenemos que hacer como un hábito y eso es —como bien lo decía Olimpia en su escrito— lo que tienes que transmitirles en términos de que exactamente estar contigo y la convivencia es su puerto de paz y que pues manos a la obra.

Cintia decía en su escrito algo, que espero que ya esté tomando en cuenta, y es que tiene que comprar un perrito. A mí no me ha hecho falta. Eso tengo una histórica perrita que nos ha acompañado durante toda esta época; y entonces esos son los tipos de aprendizaje a los  me refiero y a los que Isela igual ha hecho referencia ahorita que nos comparte.

Entonces a leernos, a leernos y muchísimas felicidades.