viernes , 19 abril 2024

Palabras de la Presidenta de la CDHDF, Nashieli Ramírez Hernández, en la inauguración de la Feria Empodérate DH

Discurso 14/2019
12 de marzo de 2019

 

“En lo que narran las mujeres no hay, o casi no hay, lo que estamos acostumbrados a leer y a escuchar: cómo unas personas matan a otras de forma heroica y finalmente vencen. O cómo son derrotadas. O qué técnica se usó y qué generales había. Los relatos de las mujeres son diferentes y hablan de otras cosas. La guerra femenina tiene sus colores, sus olores, su iluminación y su espacio. Tiene sus propias palabras. En esta guerra no hay héroes ni hazañas increíbles, tan sólo hay seres humanos involucrados en una tarea inhumana. En esta guerra no sólo sufren las personas, sino la tierra, los pájaros, los árboles. Todos los que habitan este planeta junto a nosotros. Y sufren en silencio, lo cual es aún más terrible”. Svetlana Alexievich, Premio Nobel de Literatura 2015.

 

Muy buenos días a todas y ahora sí voy a decir todas, todas, todas. Me da mucho gusto que estén aquí presentes policías, compañeras bomberas, compañeras enfermeras y compañeras de aquí, de la Comisión de Derechos Humanos.

Agradezco a las compañeras que me acompañan aquí arriba. Todas ellas aliadas, todas ellas, como ustedes lo constataron en lo que nos compartieron, comprometidas a cambiar y a modificar la violencia institucionales en los ámbitos laborales. Todas ellas comprometidas y trabajando día a día exactamente por la igualdad sustantiva.

Empodérate, que tendría que traducirse en la generación de autonomías, de autonomía física, de autonomía económica, de autonomía de pensamiento y creo que finalmente para la Comisión de Derechos Humanos como institución, y para mí en lo personal, me da muchísimo gusto estar con ustedes aquí compartiendo.

Como consecuencia de la realidad que nos dibujan y que vivimos, que es la de la discriminación estructural y la violencia institucional, existe una deuda pendiente con las trabajadoras en lo general: brechas salariales; ausencia de medidas laborales suficientes para conciliar la vida laboral y familiar de las y los trabajadores a partir del reconocimiento de la sobrecarga de las mujeres en las labores domésticas y de cuidado; acoso laboral y sexual, despido por embarazo, entre otras.

Esta situación es justamente estructural porque no importa si es una profesión altamente feminizada, como es la enfermería en nuestro país, u otras que han abierto brecha en mundos laborales tradicionalmente masculinos, como bomberas y policías, todas padecemos o tenemos una alta probabilidad de padecer, algún tipo de violencia de género, de diferente intensidad e impacto. Además, es estructural porque, aún ahora, persisten porciones normativas en la legislación que facilita tal violencia, estructuras organizacionales que la procuran y dinámicas culturales que la perpetúan.

Lo anterior quiere decir que las instituciones tenemos muchos pendientes aún en el deber de redoblar esfuerzos para prevenir, investigar, sancionar y reparar estos actos que persisten.

Ahora bien, los cambios estructurales, de base, de fondo, implican la participación activa de todas. Ustedes como colaboradoras de las instituciones también. ¿Cómo provocar los cambios? Con la denuncia de los hechos de discriminación y violencia sí, pero todas sabemos que sin la solidaridad entre nosotras las denuncias se convierten en espacios de exposición, cuya consecuencia es difícil de resistir aisladas.

Si estructural es el problema, estructural debe ser la solución. Ante las violaciones a nuestros derechos, reaccionemos en grupo; si la afectación es general para todas, que la propuesta y la denuncia sea de esa magnitud, que no se rompa, que nos lleve a unirnos, a solidarizarnos, a la sororidad.

La palabra sororidad proviene de sor, en latín, soeur, en francés, cuyo significado es hermana; así que sí, hermanas entre nosotras, entre ustedes, para cambiar a las instituciones, para terminar con esa estructura que permite el acoso sexual, el laboral, la extorsión, la ausencia de cuidado en nuestras familias, la omisión de cuidado de sus familias por parte de los varones, entre muchas otras cosas que sabemos que nos afectan. No hay hermanas que no tengan diferencias, pero un bien mayor y la conciencia colectiva conducen, la mayoría de las veces, a acordar de manera positiva.

El llamado es a no reproducir esas violencias entre nosotras, a no ser una compañera o jefa que violente, para emprender lo anterior implica saber que hay un sistema que respalda y que secundará o acompañará las batallas. Por esa razón el llamado es sobre todo a las instituciones, para evidenciar los actos de violencia, investigarlos, sancionarlos y prevenirlos.

Y como ustedes lo oyeron con quienes me antecedieron en el micrófono, desde el nivel donde están hay un compromiso, hay un compromiso institucional exactamente para hacer que nuestro colectivo de manera estructural avance.

La situación es vigente. En el período que va de enero de 2013 a la fecha, en esta Comisión existieron alrededor de 2,024 quejas; de estas quejas siguen en trámite 392. Todas ellas tienen que ver con acoso laboral o acoso sexual.

Esta Comisión de Derechos Humanos además ha emitido dos Recomendaciones: la 6/2014, comentada por nuestra Diputada, y la 17/2018, ambas remitidas al Heroico Cuerpo de Bomberos con relación a las situaciones asimétricas y de acoso laboral que viven algunas compañeras. Los derechos violentados fueron el derecho a una vida libre de violencia derivada de la violencia institucional; el derecho a la igualdad ante la ley, a la no discriminación, a la honra y a la dignidad. Esta Comisión llama a las instituciones señaladas y colaboradoras a concluir con el cumplimiento de esto porque mientras más avancemos en lo que nos refería, a la institucionalidad.

Estoy segura de que las actividades y ejercicios que van ustedes a tener el día de hoy abonarán exactamente a esta lucha. Estamos además pendientes a una coyuntura, una coyuntura de la que ya hicieron referencia varias de las que me antecedieron en la palabra, que tiene que ver con un gabinete ampliamente femenino, con poder, con una intencionalidad exactamente de igualdad sustantiva, también de una Constitución que nos plantea la ampliación de derechos donde podemos seguir avanzando.

Estamos pues, creo yo, y aquí este acto lo refleja, ante momentos inéditos en esta Ciudad que debemos aprovechar como mujeres trabajadoras que somos. Y Permítanme concluir con una reflexión personal. Cuando estábamos exactamente…, Soledad hacía referencia a la bombera, a la compañera con su hijo, y exactamente cuando estaba paseándolo y que se oyó su voz en altavoz, comentamos Olivia y yo que qué bonito se oía la voz de los niños en esto.

Y a mí me recordó mi maternidad, porque en eventos así y en muchos momentos de trabajo estaba mi hija, y se oían sus voces, y entonces esto habla de que este evento sí es evento donde estamos mujeres trabajadoras. Cuando oyes la voz de  un niño o varios niños, en estos espacios corriendo, gritando y a nosotros se nos hace de lo más natural.

Me recuerda a mí, pero también me recuerda a mis abuelas. A mi abuela materna que trabajaba tres turnos: maestra, contadora y luego todavía maestra en la nocturna. Me recuerda a mi abuela paterna que era costurera y qué cuando yo ya la vi de abuela ella ya no podía coser, porque sus ojos y su hígado ya no se lo permitían. Pero cuyo trabajo hizo que tuviera el primer hijo universitario.

Y todas las que aquí me acompañan y ustedes me recuerdan a mí, sobre todo día a día. Muchas felicidades.