Boletín 41/2019
21 de marzo de 2019
El Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial fue establecido el 21 de marzo de 1966 por la Organización de Naciones Unidas (ONU) para instar a la comunidad internacional a redoblar esfuerzos para eliminar todas las formas de discriminación racial.
Sin embargo, personas de todas las edades siguen enfrentando el odio, la injusticia y la humillación a causa del color de su piel, su descendencia, su origen nacional o étnico u otras características supuestamente raciales, siendo causa de la opresión, la pobreza, esclavitud y genocidio.
Nuestro país no es ajeno a la discriminación racial, la Encuesta Nacional sobre Discriminación ENADIS 2017 señala que el 20.2% de las personas entrevistadas declaró haber sido discriminada por alguna característica o condición personal, tono de piel, manera de hablar, forma de vestir o arreglo personal.
Bajo este contexto, es necesario reafirmar lo señalado por la Declaración Universal de los Derechos Humanos: Todas las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos, están dotadas de la posibilidad de contribuir al desarrollo y al bienestar de la sociedad, por lo cual es importante enfatizar que toda doctrina de superioridad racial es socialmente injusta y peligrosa y por ello debe erradicarse.
A 50 años de la entrada en vigor de la Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) hace un llamado a las autoridades competentes a fin de continuar el trabajo y la suma de esfuerzos para erradicar de la discriminación racial, el racismo y las formas conexas de intolerancia.
En particular en la capital del país, a garantizar a quienes se autoadscriben como personas integrantes de alguno de los pueblos y barrios originarios históricamente asentados en su territorio y comunidades indígenas residentes, así como a la población afromexicana, la posibilidad de tener una vida libre de violencia, discriminación y racismo y el disfrute pleno de sus derechos humanos, como lo mandata la Constitución Política de la Ciudad de México.
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