viernes , 19 abril 2024

Palabras de la Doctora Perla Gómez Gallardo, Presidenta de la CDHDF, en el Seminario Internacional la Protección de Datos Personales en las Redes Sociales, realizado en el Palacio de la Antigüa Escuela de Medicina.

Discurso 03/2016
29 de enero de 2016

 

Buenos días a todas y a todos, saludo al señor Secretario de Desarrollo Social, y al Director General del DIF, y agradezco la invitación que me hicieran del DIF e integrantes del Info DF para compartir con ustedes el siguiente mensaje:

El tema que nos reúne el día de hoy tiene que ver con nuestras prácticas en el uso del internet, ya que de acuerdo con el 11º estudio sobre los hábitos de los usuarios de internet en México, realizado en 2015 por la Asociación Mexicana de Internet, actualmente se cuenta con 53.9 millones de internautas en nuestro país, de los cuales, el 38% son personas menores de 18 años, y nos señala que el principal motivo de entrada a internet es el uso de redes sociales.

Ahora bien, el propio estudio realizó mediante 3 sencillas preguntas, un análisis que nos muestra un panorama más exacto del estado que guarda la relación: niñas y niños en México, internet y redes sociales. Las preguntas se dirigieron a padres y madres de familia, y fueron las siguientes:

¿Usan internet tus hijos?

¿A partir de qué edad tus hijos comenzaron a utilizar internet?

¿Cómo fue la primera incursión de tus hijos en internet?

El 17% de las personas encuestadas, advirtió que sus hijas o hijos no utilizaban el internet por ser demasiados pequeños, mientras un 83% respondió que sí lo utilizan.

La edad inicio del uso de internet según las respuestas, nos muestra que el 90% de las niñas y niños que tienen su primer contacto con internet en México, son menores de 11 años.

Por último, y este dato por favor pido que lo recuerden porque es clave para el tema que estamos abordando, el lugar de acceso es mayoritariamente el hogar con un 84%. En cifras, advertimos que estamos hablando de un universo de varios millones de cibermenores.

Pero, ¿Qué sucede en el día a día cuando una persona menor de edad con o sin ayuda de una persona adulta, decide hacer uso de las redes sociales? ¿Estamos preparados para su cuidado? ¿Tiene la persona menor o la mayor, conciencia de lo que representa divulgar sus datos personales? ¿La red social se preocupa y ayuda a brindar información con la finalidad de decidir qué se publica? ¿De quién es tarea?

En ese sentido, una revisión a las políticas de privacidad y condiciones de la red social más importante del mundo, Facebook, las cuales espero que todas ustedes puedan darse la oportunidad de leer porque es alarmante el nivel de cláusulas que manejan en la supuesta protección de los datos personales.

En su apartado de “política de datos” la compañía explica qué datos son los que recaba, y señala.

En la cita textual: “En función de los Servicios que utilices, se recopilan diferentes tipos de información relacionada contigo; tu actividad y la información que proporcionas.

Recopilamos el contenido y otros datos que proporcionas cuando usas nuestros servicios, como al abrir una cuenta, al crear o compartir contenido y cuando envías mensajes o te comunicas con otros usuarios. La información puede corresponder a datos incluidos en el contenido que proporcionas o relacionados con éste, como el lugar donde se hizo una foto o la fecha de creación de un archivo. También recopilamos información sobre el uso que haces de los servicios; por ejemplo, el tipo de contenido que ves o con el que interactúas, o la frecuencia y la duración de tus actividades”.

Recuerden que Facebook, sin autorización del usuario, puede incluso lucrar, y vender o cambiar al propio poseedor de los datos.

Es decir, cuando las personas usuarias aceptan los términos y condiciones, acepta también que todo lo que sube a la red social, su comportamiento y sus datos, sean recopilados.

En ese sentido, la propia red en el apartado “La Seguridad y tú”, sub apartado “Padres”, proporciona cinco consejos que en teoría pudieran ayudar para que puedan usar la red social.

¿Cuáles son?:

  1. Puede ser difícil mantenerse al día en lo que a tecnología se refiere. Que no te dé miedo pedirle ayuda a tus hijas o hijos.
  2. Si aún no tienes un perfil en Facebook, abre uno.
  3. Crea un grupo de Facebook con tu familia, para que puedas disponer de un espacio privado (hablando de que la privacidad ahí no existe).
  4. Enseña a los adolescentes los aspectos básicos de la seguridad en línea, para que puedan mantener la privacidad y seguridad de su biografía de Facebook y de otras cuentas en línea.
  5. Háblales acerca de la seguridad tecnológica del mismo modo que les hablas de la seguridad a la hora de conducir o de practicar deporte.

Entonces, en teoría, cuando un padre ayuda a una persona menor, debería conocer los alcances de la red social, sus riesgos, la mecánica de los contenidos que comparte y su funcionamiento. Todo ello, para poder explicarle a sus hijas o hijos.

La propia red social, advierte hasta dónde llega, y de cierta forma traspasa la responsabilidad del uso y orientación al padre o la madre.

Ahora bien, ¿qué dice la normativa, la parte que le toca al Estado?

De conformidad con Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, en su Artículo 76, se estipula que las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a la intimidad personal y familiar, y a la protección de sus datos personales y no podrán ser objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia; tampoco de divulgaciones o difusiones ilícitas de información o datos personales.

Por último, advierte que quienes ejerzan la patria potestad, tutela o guarda y custodia, deberán orientar, supervisar y, en su caso, restringir, las conductas y hábitos de niñas, niños y adolescentes, siempre que atiendan al Interés Superior de la Niñez.

Por parte del marco normativo, existe la obligación expresa de salvaguardar los datos personales de las niñas, niños y adolescentes en nuestro país, incluso se establece la prohibición de difusiones ilícitas de los datos personales.

Entonces, en teoría, si la red social explica los alcances a las y los usuarios, y las propias normas establecen limitaciones y restricciones a la utilización de datos personales de las personas menores de edad, ¿por qué existen casos de mal uso de estos datos? El mal uso va relacionado con el ciber acoso, bullying, pornografía infantil, abuso de menores, trata de personas, y robo de infantes, entre otros.

Si bien es cierto que las redes sociales han permitido nuevas formas de relaciones humanas, también han permitido una re-definición de la vida privada e íntima de las personas, lo cual resulta aún más delicado cuando se trata de personas menores de edad que se encuentran en un proceso de conformación de su propia personalidad y en la definición de la forma en la que se han de relacionar con la sociedad.

Existen riesgos que no podemos ni debemos negar. Por el contrario, debemos reflexionar sobre la importancia de una cultura del cuidado de nuestra privacidad e intimidad, debemos enseñar y guiar a nuestras niñas y niños de qué manera pueden explotar y conocer todas las posibilidades del internet, sin que signifique ponerse en riesgo, al igual que nosotros mismos debemos concientizarnos de estos peligros. Y por supuesto, esta orientación y cuidado debe de estar acompañada de una política de Estado.

Se requieren reglas que garanticen los mecanismos de protección de los datos personales de las personas menores de edad, si bien el internet se caracteriza por ser un espacio abierto, esto no significa que no deban existir límites que garanticen el respeto a otros derechos humanos.

Definitivamente, la política de Estado, es pilar para la salvaguarda de los datos de las niñas, niños y adolescentes, pero, como les dije al principio de la presentación, nuestros menores acceden a internet mayormente en el hogar. Esto se traduce, en que no obstante se tenga la mejor regulación de protección de datos personales en redes sociales, en nuestras manos está su orientación y cuidado.

Y no es menor, y de ahí agradecemos la invitación y que se hagan estos foros de reflexión, porque efectivamente la tecnología, al igual que muchos instrumentos, no son buenos o malos per se; es el uso o el valor que le asignamos cuando lo utilizamos. Y el día de hoy, como efectivamente se promulgará ya la Reforma Constitucional que por primera vez nos dará una categoría ya no de ciudadanos de segunda en nuestra capital, es un momento idóneo para integrar estas reflexiones de avanzada y lo más importante, no permitir ningún retroceso de derechos pre constitucionales ya adquiridos y ejercidos en nuestra Ciudad, pero también ensanchar progresivamente, transversalizar estos derechos en beneficio, en este caso de lo que nos toca reflexionar de las niñas y niños; finalmente, cualquier política que no pasa pensando en ellos no tiene un futuro.

Muchas gracias.