martes , 7 mayo 2024

Palabras de la Presidenta de la CDHCM, Nashieli Ramírez, durante la Firma de Convenio Marco de Colaboración con la Fundación Appleseed México, A.C.

Discurso 83/2019
23 de septiembre de 2019

Buenos días. De entrada, la Comisión se congratula… es al revés… esta alianza… formalizar más bien con esta Fundación APPLESEED. No lo dijo -déjame decirlo Lourdes (Cortazar Cejudo)-, de una organización referente, no nada más en México, sino con 18 representaciones en Estados Unidos. Estamos hablando –y lo dijiste muy rápido- que son las culpables de una Red Pro Bono, más importante en el país. En dónde instituciones como Cemefi, que coordinan mucho lo que tiene que ver con la representación y la responsabilidad social empresarial, forma parte.

Estamos hablando básicamente de cómo apostamos y cómo APPLESEED apuesta, exactamente a una lógica de pasar de la responsabilidad social empresaria a una lógica de derechos humanos de empresas, que nos toca un avance adicional.

El tener igual dentro de sus aliados la firma de abogados tan importante como Greenberg, como nosotros la tenemos con ellos. Habla bien de que buscamos aliados buenos.

Habla de una lógica… lo repetía cuando estuvimos el año pasado… no, en este año… en México no tenemos la cultura del trabajo Pro Bono. No tenemos la cultura del trabajo Pro Bono básicamente ligado a los mismos datos que Lourdes nos planteaba con relación a la confianza a las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC). Muchos de estos bajos niveles de confianza se derivan a que, por un lado, tenemos que entender que a diferencia de Estados Unidos o de los países europeos, esto que llamamos Organizaciones de la Sociedad Civil son muy recientes en este lado del continente y de lo que tiene que ver con América Latina. No nada más eso, si nosotros comparamos la historia de las Organizaciones de la Sociedad Civil en América Latina con relación a México, la distancia también es enorme. Estamos hablando de que, en muchos países, el Cono Sur, igual que en Guatemala o El Salvador, la propia Nicaragua, lo que planteaban era un ejercicio y un fortalecimiento de las Organizaciones de la Sociedad Civil que no nada más eran contestatarias a los regímenes autoritarios, sino que ante el abandono de políticas de bienestar social o políticas sociales, básicamente eran las encargadas de todo, de incorporar servicios. Como sea que haya sido la historia de este país, en esas mismas temporadas y líneas de tiempo, fueron diferentes. Para bien y para mal.

Entonces no tenemos esa fuerza, no tenemos esa lógica y la población no tiene el referente como lo tienen en otros países de América Latina. Yo creo que el trabajo en México es quíntuple, si lo comparamos con nuestros pares. Buena parte de esto tiene que ver con cómo reconstruimos la confianza, cómo vas construyendo esta visión que no es diferente y muchas veces –reconozcámoslo- hoy, demás actualmente renovadas. Es decir, cómo fortalecemos a las organizaciones, cómo fortalecemos su sentido de transparencia, cómo las ayudamos a esta sobrerregulación y todo esto, hoy es más que renovada.

En el caso de nosotros naturalmente somos un vehículo y forma parte del Convenio que estamos firmando, en cómo fortalecer a las organizaciones en este caso, de organizaciones tanto de derechos humanos como organizaciones de territorio en este marco, pero sobre todo con el trabajo Pro Bono.

Nosotros, dadas las circunstancias de la Comisión, tenemos un punto límite que no podemos muchas veces avanzar para que nuestras víctimas o quienes se acerquen aquí alcancen justicia y exactamente por eso valoramos mucho este tipo de convenios porque a quién finalmente le van a servir a las personas y nosotros nos vamos a dedicar a que sean las personas que menos tienen. Las personas que verdaderamente ven en esta Comisión su última esperanza y que bueno que a través de ustedes y de estas alianzas, podemos tener una mejor respuesta. Muchas veces tampoco a nosotros nos alcanza.

Creo que vamos por dos rutas y para nosotros son sumamente importantes. Llevo mucho tiempo trabajando y conociendo a APPLESEED en otras trincheras, en promover investigaciones, en hacer incidencia en política pública y que gusto que ahora que estamos en la Comisión –arañando la mitad de este periodo-, podamos echarle baterías exactas para fortalecer esta lógica, cómo acercamos exactamente lo privado a darle el “granito de arena” de que sean defensores públicos, porque eso es verdaderamente lo que pasa cuando haces trabajo Pro Bono. Dejas de litigar en lo individual y en lo privado, y pasas a litigar a lo colectivo y a la defensa pública. ¡Qué gusto! Creo que esto también crea lecciones para un país que como lo dije, tenemos muy poca cultura del trabajo Pro Bono y de cómo este no nada más impacta sobre los individuos, personas en concreto, sino sobre los colectivos y colectivas. Eso va a ser una parte importante de poder sistematizar, con los otros aliados que tenemos, cómo hacemos visible que esto se puede hacer más y mejor.