domingo , 22 septiembre 2024

Discurso de la Presidenta de la CDHDF, Doctora Perla Gómez Gallardo, en la inauguración del Segundo Coloquio Internacional sobre Educación en Derechos Humanos

Discurso 51/2016
28 de noviembre de 2016

Buenos días a todas y a todos. Saludo y agradezco la presencia del Licenciado Víctor Alberto Giorgi Gómez, Director General del Instituto Interamericano del Niño, Niña y Adolescentes, de la Organización de Estados Americanos (OEA). Gracias, sea bienvenido a esta su casa, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF).

También de igual manera saludo al Licenciado Mauricio Rodríguez Alonso, Secretario de Educación de la Ciudad de México. Agradecemos también el que se sume a esta convocatoria y sobre todo la reflexión que nos expone de la apropiación de los derechos cuando se viven por las personas que los hacen valer en lo cotidiano.

Y al Maestro Roberto Heycher Cardiel Soto, Director Ejecutivo de Capacitación Electoral y Educación Cívica del Instituto Nacional Electoral (INE), que viene justo en representación del Doctor Lorenzo Córdova Vianello, Consejero Presidente del INE, con quien hemos coincidido y gratamente no sólo en las reuniones de Organismos Públicos Autónomos, sino ya como una estrategia permanente donde no entendemos ninguna acción ni en derechos humanos ni en materia electoral ni de participación ciudadana si no pasa por la educación. Creo que ese es uno de los grandes retos que seguiremos consolidando con los ejercicios también el día de hoy.

Al Maestro Jorge Arturo Olivares Brito, Presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Morelos, bienvenido también a esta su casa. Al igual que el Licenciado Jorge Vega Arroyo, Presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de San Luis Potosí. Les agradezco y sean bienvenidos los homólogos que se están sumando a esta convocatoria, que no es la primera vez que lo hacemos y que justo fortalece el trabajo que se hace en todas las entidades federativas.

Y finalmente y no menos importante, a la Maestra Ileana Hidalgo Rioja, Consejera de esta Comisión.

Asimismo, quiero hacer un especial reconocimiento al INE y a la Secretaría de Educación de la Ciudad de México por todo el apoyo brindado para la realización de este Coloquio.

Actualmente en México transitamos por una compleja situación de violencia, impunidad y corrupción. Lamentablemente estos fenómenos los encontramos enraizados en muchos de los espacios de nuestra sociedad. Es así que, la violencia cultural y la violencia estructural, han colocado a grandes grupos y sectores de la población en condiciones de amenaza y riesgos ante el constante abuso de poder de diversos entes.

En este orden de ideas, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en su Informe sobre la situación de los derechos humanos en México, presentado el 31 de diciembre de 2015, hace énfasis en ciertos rubros tales como ejecuciones extrajudiciales, tortura y desapariciones forzadas, todos enmarcados en la situación de inseguridad ciudadana, las graves deficiencias en el acceso a la justicia y una ola de impunidad existente en nuestro país.

También, hace una particular referencia a la situación de los periodistas, personas defensoras de derechos humanos y otros grupos que resultan afectados por este contexto de violencia que no cesa.

Pareciera que, a pesar de diversos esfuerzos, esta realidad no cambia, y por el contrario, se consolida y se extiende a otros escenarios. Ante este panorama, es necesario contar con espacios de reflexión y análisis, que nos ayuden a identificar y analizar las raíces estructurales de estos procesos, para entender qué está pasando, explicarnos el por qué de tanta violencia y en su caso, proponer posibles alternativas de solución.

En la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal estamos convencidas y convencidos que la violencia no puede atacarse con más violencia, de ahí que la opción educativa, y en particular, la educación en derechos humanos, se considera una de las herramientas más efectivas para la prevención y atención de las múltiples formas de violencia.

El Programa Mundial para la Educación en Derechos Humanos, en curso desde 2005, define a esta “como el conjunto de actividades de capacitación y difusión de información orientadas a crear una cultura universal de los derechos humanos, así como al pleno desarrollo de la personalidad humana y del sentido de su dignidad, además de la transmisión de las aptitudes necesarias para promover, defender y aplicar estos derechos en la vida cotidiana”.

La educación en derechos humanos en su esencia crítica, transforma las interacciones sociales y los entornos permeados por los abusos de poder, la dominación, la discriminación y la violencia; fomenta el conocimiento, las capacidades y actitudes compatibles con los comportamientos respetuosos de la dignidad humana, de las libertades fundamentales, la igualdad y la paz entre las personas.

Algunos de los propósitos de esta educación son el fomento del ejercicio efectivo de los derechos humanos, a través de la construcción de prácticas fundamentadas en la legalidad, que estimulen la participación ciudadana, generando acciones que contribuyan a la prevención de abusos y erradiquen todas las formas de discriminación; así como la promoción de la paz activa, el favorecimiento de la cohesión social y el impulso de la cultura de respeto a los derechos humanos alentando su exigibilidad.

Para alcanzar estos propósitos, es importante establecer estrategias metodológicas que armonicen los procesos de enseñanza-aprendizaje en derechos humanos, las cuales estimulen las esferas cognitivas, afectivas, procedimentales y actitudinales que tengan como centro a la persona y promuevan los aprendizajes significativos.

Como propone Rosa María Mujica, la metodología de la educación en derechos humanos debe permitir vivenciar las cosas, sentirlas, que el impacto formativo del afecto parta de la realidad de las personas.

Por ello, estas metodologías deben ser vivenciales, participativas y problematizadoras; que enseñen a “aprender a aprender”, donde el diálogo sea el método privilegiado, que promuevan la criticidad, la expresión y el desarrollo de afectos y sentimientos, y además promueva la participación activa.

Un reto de la educación en derechos humanos es lograr la integración de estos derechos al proceso de socialización a lo largo de la vida. La formación en derechos humanos es necesaria para formar ciudadanos y ciudadanas críticas, demócratas y comprometidas con el cumplimiento de los derechos humanos.

Este Segundo Coloquio Internacional sobre Educación en Derechos Humanos tiene el objetivo de propiciar un espacio de reflexión y análisis en materia de educación en derechos humanos, a partir del intercambio de conocimientos, experiencias, herramientas, enfoques y buenas prácticas que contribuyan a la generación de políticas públicas en la materia. En esto radica la importancia del evento que estamos celebrando el día de hoy.

Durante dos días tendremos la oportunidad de participar en conferencias magistrales, páneles de discusión y mesas simultáneas donde se compartirán experiencias y buenas prácticas de educación en derechos humanos en los ámbitos formales y no formales, en la modalidad presencial y a distancia, a partir del uso de las tecnologías de la información y comunicación.

Los temas de discusión versarán sobre los elementos que nos permiten ver la educación en derechos humanos más allá del discurso, además de analizar los retos y perspectivas en materia de educación en derechos humanos.

La conferencia magistral nos invitará a la reflexión sobre los desafíos de la educación en derechos humanos en contextos de violencia y sobre los estándares y directrices internacionales para el diseño de políticas públicas.

Por todo ello, este evento es una oportunidad para: fortalecer a la educación como opción liberadora y transformadora; contribuir a desarrollar una educación en derechos humanos más estructurada y sistematizada; impulsar la armonización de las políticas públicas y de los planes educativos con los estándares internacionales en materia de educación en derechos humanos; y articular los esfuerzos de las instituciones organizadoras y convocantes en materia de educación en derechos humanos, cultura cívica y cultura para la paz.

Enfrentemos el reto de sacar por completo a la educación de la penumbra que se alimenta de los discursos huecos. Impulsemos la transversalidad del enfoque de derechos humanos en todas las modalidades de la práctica educativa. Busquemos las estrategias viables para evaluar y medir el impacto educativo. Apostemos por una educación que recupera la centralidad de las personas desde una concepción humanista.

Finalmente, reitero mi agradecimiento a todas las personas e instituciones que con su invaluable apoyo hacen posible la realización de este gran evento.

Les deseo éxito a todas y todos los participantes en esta actividad y los exhorto a trabajar con mucho entusiasmo y con el firme propósito de alcanzar resultados satisfactorios. Nuestro país y la sociedad nos lo exigen.

Sobre todo, y es muy motivante, ver la convocatoria, las personas que acuden y que están aquí con su reflexión, con su compromiso, con esta sinergia. Así como nos indignan muchas cosas que denunciamos en esta institución, también nos motivan este tipo de eventos, porque aquí hay gente a la que sí le importa, y es gente que le puede decir a los que no tienen este privilegio de acceder siquiera a la educación, que no están solos, que no están solas porque pueden hacer la incidencia cotidiana.

Les pediría amablemente se pusieran de pie. Siendo las 10:02 minutos del día 28 de noviembre de 2016, declarar formalmente inaugurado el Segundo Coloquio Internacional sobre Educación en Derechos Humanos. Que sea para bien de todas y todos y la educación es la vía.

Muchas gracias.