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Presión política, económica y violencia atacan la libertad de expresión de medios y periodistas en México

Boletín 187/2016
29 de septiembre de 2016

 

Especialistas y académicos en materia de comunicación advirtieron que presiones políticas, económicas y la violencia provocan autocensura y restricciones a la libertad de expresión de medios y periodistas en México.

En el marco del “II Coloquio sobre el Derecho a la Información, Voces de la Ciudad: Hacia el Reconocimiento de su Derecho en el Marco del Constituyente”, la representante en México de Freedom House, Mariclaire Acosta, destacó que los más recientes indicadores del organismo internacional ubican a México como un “país no libre en materia de prensa” y donde existe un alto peligro para el ejercicio periodístico, donde además se registran graves ataques a defensores de derechos humanos que asumen casos de comunicadores.

Mariclaire Acosta advirtió que la libertad de expresión está amenazada por la corrupción, la impunidad, el poder político, económico y -lo más peligroso- por la complacencia de la autoridad frente a las agresiones del crimen organizado contra los periodistas, quienes sólo se pueden proteger con la autocensura. Agregó que si bien antes solo se reportaban ataques en el interior de la República, ahora también se registran en la Ciudad de México, lo que sin lugar a dudas impide una democracia plena en un Estado de Derecho.

A su vez, el Doctor Salvador Guerrero Chiprés, estudioso de la comunicación desde los medios, la academia y el servicio público, consideró que distinto a algunas garantías que tienen los periodistas para ejercer su labor en la Ciudad de México, no hay comparación con los comunicadores que informan en el interior del país, quienes enfrentan carencias económicas, presiones del poder público y político, además de violencia e incluso agresiones y atentados del crimen organizado que indudablemente inhiben su trabajo.

Guerrero Chiprés destacó que hay casos de ataques y presiones contra comunicadores que son “muy mediáticos y ocupan reflectores», pero apuntó que se han soslayado las agresiones al resto de los casi 26 mil comunicadores que trabajan en el país, quienes en mayor o menor medida han sido víctimas de presiones de todo tipo, incluso hasta han perdido la vida por su labor.

Añadió que pareciera que la violencia, la inseguridad y la corrupción «ya es un gasto fijo que inversionistas nacionales y extranjeros contemplan en sus presupuestos de operación, lo cual impacta a la democracia y Estado de Derecho, abonado por la limitada libertad de expresión de medios y comunicadores, temas que ocupan el último lugar en la agenda política. 

Por su parte, Mauricio Gabriel Romero, colaborador de la revista “Contralínea”, centró su intervención en la indefensión de los comunicadores que trabajan tanto en los llamados “medios formales” como en los alternativos (como es el caso de los portales en la “web” y “blogs”). «Cuántos periodistas tienen salario fijo, seguridad social, herramientas de trabajo y horarios cuantificados para realizar su labor, entre otras necesidades sin cubrir», se preguntó. Y por ello, afirmó que está situación limita su libertad de expresión y la calidad de su información”.

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