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Corrupción y complicidad afectan el combate al delito de trata de personas

Boletín 165/2016
4 de septiembre de 2016

  • Durante la Clausura del Diplomado “Trata de Personas: Políticas Públicas y Derechos Humanos” en la CDHDF, Marcelo Colombo advirtió que este delito se ha naturalizado

La trata de personas es un delito trasnacional que se ha naturalizado y que afecta principalmente a mujeres que viven en pobreza, por lo que se requiere de un sistema de rescate con justicia, sentenció Marcelo Luis Colombo, Fiscal General de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas de la República de Argentina, en el marco de la Clausura del Diplomado “Trata de Personas: Políticas Públicas y Derechos Humanos”.

En la Sala “Digna Ochoa” de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), el funcionario argentino dictó una conferencia magistral frente a personas servidoras públicas, representantes de Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) y comunicadores que cursaron dicho diplomado, el cual fue organizado por este Organismo Autónomo junto con la Universidad Iberoamericana (UIA) y el Centro de Estudios Sociales y Culturales Antonio de Montesinos, A.C.

El especialista en Derecho Penal destacó que el Protocolo de Palermo representa la inauguración de un nuevo marco punitivo, donde se da la cooperación internacional de los países firmantes para dar una protección especial a las víctimas.

Sin embargo, pese a lo anterior, Marcelo Colombo dijo que aún falta que las naciones trabajen en un sistema de justicia acorde al problema, ya que la complicidad de los funcionarios públicos -que en ocasiones son los beneficiarios económicos- y la corrupción han afectado el combate de este delito.

Resaltó que 99% de la explotación sexual es hacia mujeres al servicio de los varones, donde el prostíbulo en sus diferentes caras “es el lugar fértil para dicha explotación, donde las lógicas y reglas no escritas impiden hablar de autonomía de decisión y elección de las mujeres”.

Sobre este último tema, expuso que existen estudios sobre las secuelas que deja el sistema prostibulario en las mujeres: violencia (lesiones leves, graves, violación y homicidios); consumo de drogas y alcohol; muertes prematuras y estrés postraumático.

Al referirse a los desafíos que impone la trata de personas -a la que definió como una forma moderna de esclavitud- llamó a contar con un sistema de rescate con justicia, donde intervengan psicólogos para las víctimas; a construir masculinidades nuevas; a fortalecer la educación y la cultura, y donde haya voluntad política, ya que, puntualizó, “el delito de trata no sólo es crimen organizado, sino afectación a los derechos humanos”.

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