martes , 22 octubre 2024

Transcripción de las palabras de la Doctora Perla Gómez Gallardo, Presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, durante el acto protocolario de clausura del Foro Internacional sobre la Prevención, Protección y Atención de la Violencia hacia Niñas, Niños y Adolescentes en la Familia, realizado en la CDHDF

Discurso 30/2014

30 de abril de 2014

 

Distinguidas y distinguidos integrantes del presídium, servidoras y servidores públicos, integrantes de las Organizaciones de la Sociedad Civil, representantes de los medios de comunicación y público interesado en el tema.

En el presente año 2014, conmemoramos 25 años de la Convención sobre los Derechos del Niño adoptada por la Organización de las Naciones Unidas en noviembre de 1989 y ratificada por México en 1990. Este instrumento jurídico internacional considera a la familia como el grupo fundamental de la sociedad y medio natural para el crecimiento y el bienestar de todos sus miembros y en particular de la infancia. La Convención señala que la infancia en el seno de la familia debe de desarrollarse en un ambiente de felicidad, amor y comprensión.

La Ley Federal para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, señala el derecho a vivir en familia como uno de los principios rectores que garantizan un desarrollo pleno e integral de la infancia.

La Ley de los Derechos de las Niñas y los Niños en el Distrito Federal, señala en su Artículo 4º como uno de sus principios rectores, el de la familia como un espacio preferente para el desarrollo de la infancia.

A pesar de este orden jurídico internacional, nacional y local, en el Distrito Federal y en el país, millones de familias enfrentan serias dificultades para cumplir a cabalidad su responsabilidad de cuidado, atención y protección integrales para con las niñas, niños y adolescentes que son parte fundamental de ellas.

El Estado mexicano sigue estando en deuda en lo que respecta al cabal cumplimiento de los derechos de niñas, niños y adolescentes de nuestro país y en lo que respecta a la ciudad de México, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal da a conocer que durante el año 2013 se recibieron 15 quejas interpuestas directamente por parte de niñas, niños y adolescentes, de las cuales, 14 fueron interpuestas por adolescentes entre los 12 y los 17 años de edad en donde se señalaron presuntas violaciones a sus derechos humanos.

En las autoridades señaladas como probables responsables se establecieron principalmente la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal y la Procuraduría General de Justicia.

En la información estadística de la Comisión, se señala que en el mismo año 2013, 422 quejas fueron calificadas como presuntamente violatorias a derechos humanos de niñas, niños y adolescentes. En estas quejas, se identificaron a un total de 513 presuntas víctimas, de las cuales el 58% se encuentran en un rango de 0 a 11 años de edad.

Los tres derechos humanos presuntamente más vulnerados son precisamente aquellos relacionados con los derechos de la niñez, los derechos de la víctima o persona ofendida y el derecho a la seguridad jurídica.

Hoy nuestra sociedad se encuentra conformada por muchos tipos de familias, ya no se sustenta primordialmente en la familia heterosexual sino que incorpora a las familias diversas y con ello incorpora también a estas obligaciones a un espectro mayor de ciudadanas y ciudadanos que asumiendo su responsabilidad parental decidieron formar un núcleo familiar en donde el centro son las niñas y los niños.

Por ello es fundamental, no sólo el abrir y generar este tipo de espacios de reflexión sino abonar a la discusión y a la construcción de programas y políticas públicas especializados tendientes a fortalecer los esquemas de prevención y protección de la violencia contra niñas, niños y adolescentes.

Hemos señalado, reiteradamente, que la mejor protección de un derecho humano es aquella que evita que se violente, que un verdadero compromiso de gobierno por la defensa y protección de los derechos humanos lo vemos cuando de manera decidida se adoptan medidas para respetar integralmente esos derechos y cuando se protegen de manera eficiente.

Por ello, Gobierno, sociedad civil y organismos públicos autónomos, tenemos la responsabilidad de fortalecer por todos los medios posibles a las nuevas estructuras familiares en toda su diversidad y múltiples realidades que tienen que enfrentar, para ayudarles a prevenir y erradicar de su interior toda forma de violencia y para que se conviertan en los entornos ideales para el desarrollo integral de niñas, niños y adolescentes en pleno respeto a sus derechos humanos, fortaleciendo paralelamente a las instituciones responsables de este tema para que juntas logremos asegurar a todas y todos ellos una vida libre de violencia y plena de derechos y libertades.

El compromiso de la Comisión está aquí, siempre en coadyuvancia, siempre en medidas preventivas, en visibilidad y en la esencia básica de toda sociedad. El respeto a nuestras niñas y niños. Muchas gracias.