miércoles , 19 marzo 2025

Falta un diseño organizado y sistemático de políticas públicas que tomen el nuevo marco de derechos humanos: CDHDF

Boletín 331/2013
19 de septiembre de 2013

• Se desarrolló el Conversatorio Políticas públicas que construyen paz en el Coloquio Internacional Construcción de una cultura de Paz: Diálogos y Experiencias

En el Conversatorio sobre “Políticas públicas que construyen paz”, el Secretario para la Promoción de los Derechos Humanos e Incidencia en Políticas Públicas de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Gerardo Sauri Suárez, advirtió la falta de un diseño organizado y sistemático de políticas públicas que tomen el nuevo marco constitucional en materia de derechos humanos.

En el marco del Coloquio Internacional Construcción de una cultura de Paz: Diálogos y Experiencias, apuntó que esta carencia se puede observar en el ámbito local, estatal y federal, lo cual significa que los esfuerzos y experiencias que existen necesitan ser articulados desde una mirada que retome esta primera plataforma, que desde el Artículo 1° Constitucional establece parámetros concretos para las políticas públicas.

Por ejemplo, citó, ante el contexto local y nacional, el año entrante que será la actualización delPrograma de Derechos Humanos del Distrito Federal (PDHDF), será necesario pensar en transversalizar la Educación para la Paz y la construcción de una cultura de la Paz, a lo largo de sus distintas estrategias.

Comentó que cuando se elaboró este documento no se percibía aún el contexto de violencia social y de violencia institucionalizada con la contundencia que se percibe hoy.

Señaló que “se debe preguntar de qué forma debe responder el Estado a los conflictos sociales que vive México, que tiene que ver desde la dinámica de los grupos de la delincuencia organizada y la vinculación de actores públicos, y preguntarnos si la mejor estrategia ante esas formas de violencia es un Estado que también utiliza como política integral la violencia y esta confrontación”.

Al referirse a la forma de responder por parte del Estado a la protesta social, dijo que la Cultura de paz no significa la cultura de la inactividad, la cultura del dejar que los conflictos ocurran, de no hacer nada.

“El Estado debe de reflexionar sobre la pertinencia de qué tipo de acciones son las que promueve para generar propuestas no violentas, pero que sí respondan a las problemáticas sociales”, agregó.

En el Conversatorio participaron también la investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Alicia Pérez Duarte, quien se refirió al caso de México como un conflicto grave o conflicto armado, donde la población, en general “estamos siendo afectados por lo que estamos viviendo”.

Ante tal escenario, propuso construir una situación de paz con perspectiva de género, a través de políticas públicas con perspectiva de género y transversales, basadas en los lineamientos de las Naciones Unidas y reconociendo en el imaginario colectivo a las mujeres como dadoras de vida y al mismo tiempo también protectoras.

Lamentó que ‘en situaciones de supuesta paz’ se hayan registrado violaciones sexuales por parte de elementos del Ejército mexicano, como los casos de Chiapas en 1995, el de Ernestina Ascencio y el caso en la zona de Castaños, en Coahuila, ambos en 2006: “Estas situaciones generalizadas son las que Naciones Unidas considera que deben ser prohibidas”.

En tanto, el Director de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura Etxea (Centro UNESCO del País Vasco), Mikel Mancisidor de la Fuente, dijo que la situación de Euskadi es de posviolencia, de transición a la democracia, en la que han logrado avanzar en materia de reparación del daño y sobre todo, subrayó, en un sistema de garantías de no repetición de violaciones a los derechos humanos.

A través del Plan de Paz y Convivencia, dijo, una vez superada la etapa de terrorismo, no sólo del grupo ETA, sino también del ejercido por el propio Estado Español, el País Vasco se esfuerza ahora por investigar de la mejor manera posible los daños ocasionados por ambas partes en los últimos 50 años.

La profesora-investigadora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Sede México(FLACSO), Karina Ansolabehere, se refirió a la aportación del movimiento de Derechos Humanos al cambio en la política pública, en particular habló de los casos de la Justicia transicional (por los crímenes del pasado), y de la violencia feminicida contra las mujeres, que comenzó en Ciudad Juárez y se extendió luego por todo el país.

Indicó que desde el Estado ambas circunstancias están vinculadas con la falta de respuesta del sistema de justicia y problemas de impunidad. También, añadió, hay un amplio proceso de movilización social alrededor, “el movimiento de derechos humanos toma estas causas y tiene una participación activa”.

En el caso del feminicidio, aseveró, donde confluye el movimiento de mujeres, de derechos humanos, de madres de víctimas, “lo que tenemos es una innovación en la manera de la política pública que opera como un laboratorio, al punto que hoy hay un Observatorio de seguimiento del feminicidio en México”.

Es una iniciativa, siguió, que está comenzando a erosionar uno de los enclaves autoritarios más persistentes en México, como es el Sistema de Procuración de Justicia.

El Coloquio Internacional Construcción de una Cultura de Paz: Diálogos y Experiencias se realiza en el marco del 20 Aniversario de la CDHDF y del 25 Aniversario de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). Uno de los ejes temáticos del programa de actividades conmemorativas es el de derechos humanos y cultura de paz.