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Los consumidores de drogas deben dejar de ser vistos como delincuentes porque eso deja de lado la atención al problema de salud

Boletín 274/2013
10 de agosto de 2013

• Es necesario armonizar las obligaciones internacionales de drogas con las obligaciones internacionales de los Estados en materia de derechos humanos.

 

En el Foro Internacional sobre Drogas y Derechos Humanos, organizado por la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) y el Colectivo por una Política Integral hacia las Drogas (CUPIHD), se destacó la necesidad de realizar acciones contundentes para la prevención y la protección a los consumidores, ya que éstos son los más vulnerables, porque se enfrentan solos a los efectos de la droga, así como al estigma y la discriminación de la sociedad.

 

Durante la Mesa denominada “Drogas y Estigma”, el Director General de Cauce Ciudadano, Carlos Alberto Cruz Santiago, señaló que de acuerdo con la Reforma Constitucional en materia de Derechos Humanos se puede exigir el derecho a la salud, y no esperar a despenalizar ninguna sustancia para generar estrategias de prevención, de atención del daño y rehabilitación.

 

En ese mismo sentido, el Director de Atención Integral del Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH y el SIDA (CENSIDA), Carlos Magis, dijo que las drogas son un problema de salud, no de seguridad pública.

 

La presidenta del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación en la ciudad de México (COPRED), Jaqueline L’Hoist Tapia, destacó que el debate sobre el consumo de drogas debe estar redirigido hacia las personas consumidoras y el menoscabo de sus derechos, sobre todo, el derecho a la salud.

 

Externó la necesidad de una perspectiva de igualdad de los derechos humanos respecto a los usuarios de estupefacientes, ya que tanto el gobierno como la opinión pública ejercen contra los consumidores métodos represivos al considerarlos delincuentes o criminales por lo que se les niega el acceso a sus derechos.

 

Agregó que el gran reto del siglo XXI es conseguir un trato igualitario. Los consumidores de drogas deben dejar de ser vistos como delincuentes y criminales porque eso genera exclusión, discriminación y la no atención al problema de salud.

 

En la mesa “Experiencias comparadas: los retos de las política de drogas y los derechos humanos en el ámbito internacional”, los participantes coincidieron en que la política de drogas tiene que ser abordada desde la perspectiva de derechos humanos, con campañas de prevención, detención de los distribuidores, dejar de criminalizar el uso y consumo de la marihuana, por ejemplo, ya que la actual política ha generado un impacto negativo a la sociedad.

 

La Coordinadora Principal del Programa de México y Centroamérica de la Washington Office on Latin America, Maureen Meyer, recalcó que el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, no apoya la legalización de drogas al no ser una alternativa viable, por lo que sugirió que las acciones del país norteamericano no cambiarán.

 

Sin embargo, agregó que de seguir insistiendo en la participación militar, México corre riesgos en materia de derechos humanos, ya que existe un aumento de violaciones por elementos del ejército y policía federal desde 2007 a la fecha.

 

La investigadora Diana Guzmán consideró que el tema de las drogas no se ha abordado de manera consistente por lo que en la práctica es necesario armonizar las obligaciones internacionales de drogas con las obligaciones internacionales de los Estados en materia de derechos humanos donde prevalezca el enfoque humanista.

 

A su vez, la socióloga y Coordinadora del Equipo de Políticas de Seguridad y Violencia Institucional, Luciana Pol, agregó que se deben implementar nuevas leyes en materia de salud, descriminalizar el uso-consumo de la cannabis así como su cultivo.