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Inauguran la maestría en educación básica, Especialidad en Gestión de la Convivencia en la escuela, violencia, derechos humanos y cultura de paz

Boletín 29/2013
27 de enero de 2013

 

• Proyecto de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal y la Universidad Pedagógica Nacional

Partiendo de la convicción de que los modelos de convivencia autoritarios no sólo son inaceptables desde una perspectiva de derechos, y que han demostrado notoriamente su fracaso, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) y la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) organizan la Maestría en Educación básica, Especialidad en gestión de la convivencia en la escuela, violencia, derechos humanos y cultura de paz.

En la inauguración de la misma, el Director General de Educación por los Derechos Humanos de la CDHDF, José Luis Gutiérrez Espíndola, destacó que es un proyecto que busca ofrecer respuestas, desde el ámbito educativo, a la violencia, la discriminación y la exclusión escolar, con una perspectiva de derechos humanos. “Una propuesta de formación orientada a proveer al personal educativo herramientas teórico-metodológicas y prácticas para enfrentar creativamente los problemas de violencia, desde una mirada distinta que permita construir comunidad con base en modos de relación y convivencia distintos, incluyente, no discriminatorios, participativos, genuinamente democráticos que tengan como núcleo los derechos humanos y la cultura de paz”, destacó.

Subrayó que la creciente preocupación por la violencia en el ámbito escolar, no siempre suficientemente documentada, ha dado lugar a una multiplicidad de respuestas, no sólo desde el ámbito de la propia escuela, sino desde distintos ámbitos y grupos sociales, donde lo mismo figuran empresarios, comunicadores sociales, académicos y políticos de diverso signo ideológico.

Señaló que no es difícil entender que en esa multiplicidad de propuestas, programas y estrategias de intervención haya de todo, debido a la diversidad de perspectivas en juego, “no hay un entendimiento único sobre la naturaleza del fenómeno de la violencia en la escuela, ni acerca de sus causas o sus formas de expresión y por lo tanto sobre la manera de abordarlo y encararlo eficazmente”.

Apuntó que hay inclusive propuestas que asumen la violencia escolar como expresión de la crisis de los valores tradicionales de obediencia y respeto a la autoridad, y que en consecuencia plantean resolver esta problemática apelando a un mero retorno a dichos valores y a prácticas de disciplinamiento y sumisión acrítica a la autoridad.

“No faltan en ese coctel formulaciones extremas que apelan a la mano dura, inspiradas en una perspectiva puramente punitiva que muy probablemente sólo contribuirán a enconar la violencia y acentuar la exclusión”, aseveró.

Explicó que el Programa académico tiene como característica el hecho que va acompañado por un proyecto de investigación que dará seguimiento a la experiencia formativa, con el propósito de documentar la manera como se articula, como práctica educativa y cómo eventualmente contribuye a una nueva y más eficaz intervención en el tema de la violencia.

 

En representación de la Rectoría de la UPN, Aurora Elizondo Huerta, refirió que la UPN tiene como lema educar para transformar y en este caso, “Se buscan formas de trabajo distintas a las que hoy privan en las instituciones educativas, porque los jóvenes de hoy son muy distintos, y hay una confrontación no sólo de carácter generacional sino estructural”.

 

Indicó que esta especialización busca construir, con quienes estén cursando el programa, formas y prácticas para poder reentender las estrategias de relación con los jóvenes, “diseñar o transitar de la cartografía escolar donde hay un maestro y unos estudiantes sentados, a unas nuevas cartografías escolares que hablen de nuevas formas de ubicación, incluso física y de comunicación”.

 

Por su parte, en representación de la Dirección de Unidades de la UPN, Maricruz Guzmán Chiñas, señaló que los ejes fundamentales de esta maestría son la gestión de la convivencia en la escuela, la violencia, derechos humanos y cultura de paz, “ámbitos en los que se requiere que los docentes asuman una actitud proactiva e imaginativa para construir escenarios de intervención”.

 

Hizo énfasis en la importancia de que quienes toman la Maestría y Especialización “favorezcan el desarrollo de valores, actitudes, comportamiento y estilos de vida que inspiren una forma constructiva y creativa de relacionarnos como seres humanos y con la naturaleza”.

 

Abundó en que la Especialización y Maestría giran en torno a ejes fundamentales como son las competencias para la convivencia y la vida en sociedad, la docencia reflexiva y la intervención que les posibilite repensarse como docentes y a transformar su práctica pedagógica.

 

Lo anterior, añadió, no se encuentra aislado de un contexto en donde aún prevalece un orden basado en el poder y en el uso de la fuerza perpetuando las desigualdades y negando a una inmensa mayoría de personas sus derechos.

 

A su vez, la Coordinadora Académica del Programa Gestión de la Convivencia en la Escuela de la UPN, Lucía Rodríguez McKeon, mencionó la pertinencia de construir una mirada más articuladora para dar respuesta a la problemática que se vive en el ámbito educativo, en relación con la gestión de la convivencia.

 

Expuso que parte de la problemática de la violencia es que ésta se hace invisible, porque está naturalizada, y en la medida en la que no se puede ver en toda su complejidad el fenómeno, difícilmente se construyen las estrategias pertinentes.

 

Así, indicó que una característica de este Programa es buscar construir estrategias de intervención a partir de lo que se llama un diagnóstico situado, para construir estrategias potentes.

 

“Estamos muy preocupados por como repensar una idea de docente, pero que sea capaz de lograr el lugar de autoridad, cómo hacer para promover el desarrollo de la capacidad para resolver conflictos y gestionar una convivencia más articulada con la cultura de paz”, concluyó.