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Ojalá que todas y todos tengamos el privilegio de llegar a ser adultos mayores, ejerciendo plenamente nuestros derechos: LGP

Boletín 466/2012
3 de diciembre de 2012

• En el Foro “La exigibilidad de los derechos humanos de las Personas Adultas Mayores”, dijo que aún enfrentan obstáculos para transportarse y desplazarse en la ciudad

El Presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Luis González Placencia, dijo que es necesaria una política interdisciplinaria y solidaria, que tienda puentes intergeneracionales para revalorar el significado de llegar a ser Personas Adultas Mayores (PAM), y ejerciendo plenamente todos los derechos: “Ojalá que todas y todos tengamos el privilegio de llegar a ser adultos mayores”.

Al inaugurar el Foro La exigibilidad de los derechos humanos de las Personas Adultas Mayores, explicó que esa política pública debe ser integral, pensada para el desarrollo de las personas desde que son niños y hasta que son adultos mayores: “Una visión de Estado de largo plazo, pensando en los niños que serán adultos mañana y adultos mayores pasado mañana”.

El Ombudsman capitalino dijo que es fundamental resolver las desigualdades económicas, ya que no es lo mismo ser adulto mayor millonario que no serlo, pues las circunstancias son abismales y ahí es donde el Estado está obligado a generar condiciones que abatan la desigualdad.

Celebró la realización del Foro, que incluye la participación y los puntos de vista de las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC), del sector académico y de las instituciones públicas, para lograr una política pública efectiva y antidiscriminatoria, frente a los servicios que debe prestar el Estado, pero también entre las personas, eliminando los estereotipos y revalorando el significado de ser una persona adulta mayor.

 González Placencia advirtió también que, pese al avance que ha habido en la ciudad de México respecto a los derechos de las PAM, a través de los programas universales, sin ningún tipo de discriminación y en el marco de políticas públicas pensadas para facilitar la vida y la inclusión de las PAM, se debe evitar que la entidad se convierta en una isla, en el marco de los pendientes en gran parte del país, donde sólo 20% de los 10 y medio millones de adultos mayores pueden sostenerse por sí mismos.

 Advirtió que en México 80% de las PAM viven en dependencia y hasta en situación de carencia extrema, además de que el 20% más favorecido enfrenta también los mismos obstáculos para desplazarse en las ciudades, obstáculos para transportarse, ir al supermercado, a sus citas médicas, o viven en situación de abandono por parte de sus familiares.

 Esa situación, agregó, se explica en razón de factores transversales, como la pobreza, pero también son de naturaleza cultural: “No hemos logrado avanzar hacia un modelo que incluya a los adultos mayores como miembros significativos dentro de las familias, sufren la sobrecarga de trabajo de todos los integrantes de la familia”.

 En tanto, Celia Ramírez Posadas, del Programa Regional de Naciones Unidas en América Latina y el Caribe, señaló que el tema de las Personas Adultas Mayores no sólo es de los mayores, sino de todos: “A todos nos toca trabajar esta cuestión, sobre todo por el momento irrepetible de la ventana o bono demográfico de las Personas Económicamente Activas, capaces de sostener un mayor número de personas adultas mayores y niños”.

 Se requiere, dijo, que los sistemas de protección social se anticipen a esos cambios demográficos, teniendo en cuenta la diferencia entre géneros, con un mecanismo de financiamiento sostenible de pensiones, sin que afecten la cobertura y la calidad de las prestaciones: “Las personas adultas se enfrentan hoy a la dificultad de envejecer sin modelos previos ni prototipos ante las nuevas problemáticas que emergen”.

Tras advertir que el problema no son los adultos mayores, sino que el Estado no está generando las condiciones para la dignidad de sus vidas, señaló que América Latina vive un inexorable proceso de envejecimiento, en un contexto de fuerte desigualdad e inequidad social, caracterizado por el constante aumento de la población mayor de 60 años y la disminución de los menores de 15 años.

“El grupo de mayor incremento de la población adulta mayor es el de 80 y más, cada vez vamos a vivir más, para el 2036 se espera que en América Latina los mayores de 80 años superen a los de 15 años”.

Subrayó que el envejecimiento en América Latina tiene rostro de mujer, pues su expectativa de vida después de los 60 años es mayor que la de los varones y se incrementa al paso de los años: “En América Latina hay 122 mujeres de 60 años y más por cada cien hombres”.

Las mujeres viven más años, explicó Ramírez Posadas, pero con más discriminación y vulnerabilidad, mayor exposición a la violencia, con programas de salud enfocados al binomio madre-hijo, dejando fuera a las mujeres adultas mayores; ante un panorama donde las necesidades de servicios y de cuidado están aumentando y donde el incremento de esperanza de vida crea nuevas necesidades, cuya satisfacción recae en las otras mujeres de la familia.

Dijo que se necesitan acciones y políticas educativas, laborales y económicas que tengan en cuenta el envejecimiento de la población, promoviendo la autonomía y poniendo fin a la discriminación en la vida cotidiana, tanto de manera individual como a nivel institucional; facilitando el acceso de las PAM a las nuevas tecnologías, particularmente, y promoviendo su participación, autonomía, el autocuidado y el acercamiento entre generaciones.

En tanto, la Directora General del Instituto para la Atención de los Adultos Mayores en el Distrito Federal, Rosa Icela Rodríguez Velázquez; recordó que desde 2001 se puso en marcha el Programa de Pensión Alimentaria para las Personas Mayores de 70 años y que en 2003 se trasladó a la ley, para obtener su carácter universal en 2010 y ser otorgada a los mayores de 68 años: “La pensión alimentaria es un derecho de más de 480 mil derechohabientes, exigible y no a contentillo de los funcionarios”.

Agregó que más de 1 millón de personas se han acercado en los últimos tres años al Instituto que encabeza, para conocer y ejercer sus derechos a la gratuidad de la atención médica y medicamentos en los Centros de Salud y Hospitales capitalinos; gratuidad en el transporte público; acceso a la justicia con una primera Agencia Especializada para la Atención de Adultos Mayores Víctimas de la violencia familiar; y certeza jurídica, a través del registro extemporáneo de actas de nacimiento de manera gratuita y testamentos a bajo costo, entre otros programas y servicios.

En la inauguración del Foro también participaron la Directora General de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Leticia Cano Soriano; el Director General de la Junta de Asistencia Privada (JAP) del Distrito Federal, Rogerio Juan Casas Alatriste Urquiza; Sergio Valdés y Rojas, en representación del Director General del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores, Alejandro Orozco Rubio; y Elizabeth Caro López, en representación del Director General del Instituto Nacional de Geriatría, Luis Miguel Gutiérrez Robledo.