Boletín 441/2011
16 de noviembre de 2011
La Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) se adhiere a la conmemoración del Día Internacional de la Tolerancia, decretado por la Asamblea General de Naciones Unidas en 1996 para llamar la atención sobre este valor de la práctica democrática como la forma de garantizar el respeto entre quienes sostienen opiniones políticas, religiosas y morales diferentes, pero que también pueden observarse mutuamente como personas libres, iguales y con los mismos derechos.
La tolerancia es consecuencia del consenso a que las sociedades modernas han llegado, y que se refiere a la necesidad de situar en el centro de la vida pública una instancia de mediación para lograr la convivencia armónica entre quienes profesan credos religiosos distintos, los cuales son potenciales fuentes de conflicto. La tolerancia establece directrices para el razonamiento político y, en este sentido, otorga un lugar acotado al discurso religioso en el debate público.
Si bien es cierto que en el debate público no puede soslayarse las intervenciones que se formulan desde posiciones religiosas para, por ejemplo, discutir el valor y extensión de la vida humana; también es razonable que las decisiones judiciales referidas a temas como la interrupción voluntaria del embarazo, la suspensión de los tratamientos médicos cuando ya sólo significan dolor y sufrimiento para quien los padece o el matrimonio entre personas del mismo sexo, no puedan fundamentarse o referirse, para lograr el apoyo o el rechazo social, a elementos del discurso religioso. Son estas posturas las que no permitirían que tal decisión judicial se constituyera como el foco de un consenso traslapado entre diversas posiciones.
Lo cierto es que toleramos opiniones y posiciones ideológicas de todo tipo, diferentes a las propias, sabiendo que éstas son el resultado de la libertad constitucionalmente garantizada de pensamiento y conciencia; pero, no debemos perder de vista, que es el respeto absoluto hacia quienes sostienen esas opiniones lo que da a la convivencia social un carácter democrático.