jueves , 28 marzo 2024

Entrevista al Doctor Luis González Placencia, después de la inauguración del Primer Encuentro “Intercambio de Experiencias e Investigación en Atención y/o Prevención en Casos de Violencia Sexual contra Niñas, Niños, Adolescentes y Jóvenes”

Transcripción 66/2011
22 de agosto de 2011

 Pregunta (P): Ayer se detuvo a otro de los implicados en el caso Casitas del Sur, pero hasta ahorita no se sabe cuál ha sido el destino de estos pequeños. Esto es parte de la violencia que usted comentó: separarlos de su familia primero y después tramitar amparos para no entregarlos, ni a autoridades ni a familiares, sino mantenerlos en un albergue de cuidado temporal, ¿de qué se está tratando? Y ¿qué conocimiento tiene usted del estado de este caso?

Luis González Placencia (LGP): Claro, bueno, uno de los pendientes importantes tiene que ver con la localización de los niños que faltan. Desafortunadamente, ese que es el principal, no ha sido todavía resuelto. Como ustedes saben, la Procuraduría General de la República (PGR) atrajo el caso, por lo tanto, salió digamos de nuestra jurisdicción, y aunque hemos tratado de darle seguimiento, hasta ahora lo único que tenemos son estas aprehensiones. Está bien, hay que saludarlas, pero lo más importante es que los niños todavía no aparecen. Desde otra perspectiva, justamente hay que comentar que justamente a partir de ese caso se hizo una revisión desde acá de la Comisión de la política pública que hay en materia de estos niños, que, por la razón que sea, quedan, primero temporalmente, al cuidado del Estado y después, ya de forma permanente, a través de estas instituciones que no son públicas, que son se Asistencia Privada. Se ha revisado el marco, a lo largo de estos años hemos trabajado mucho para tratar de variar la perspectiva que se tiene del tema y afortunadamente estamos ya con la posibilidad de hablar ya de una política pública que no ve en estos niños objetos del derecho, sino que los ve como sujetos de derechos. A veces no es sencillo, porque se trata de regresarlos a familias donde en ocasiones las relaciones son relaciones violentas, pero el tema es que eso devuelve el foco a la necesidad de trabajar desde la perspectiva de la educación en las relaciones que debemos mantener con nuestras niñas, niños y adolescentes.

P: Aquí la situación es que hay una iglesia, una congregación religiosa detrás de este albergue, y finalmente fanatismo religioso, que están separando a los niños de sus padres y que ellos no aceptan las leyes de los hombres…

LGP: Claro. Esa es la diferencia de proteger a los niños y proteger los derechos de los niños. Cuando hablamos de proteger a los niños, pues prácticamente eso ocurre desde la perspectiva de quien se asume como protector, en este caso esta congregación, que ve en sus actos, actos de rescate de una infancia que considera destinada al fracaso. Pero por más buena voluntad que pueda haber, esos actos terminan vulnerando los derechos de la infancia, de ahí la importancia de cambiar la perspectiva y, aun cuando se piense que se actúa por el bien de las niñas y los niños, el tema es respetar sus derechos.

P: En la ciudad, ¿cómo se encuentra la explotación de niñas y niños?, que se sabe es un destino de quienes vienen de estados como Tlaxcala o Oaxaca para ser prostituidos…

LGP: Bueno, sabemos efectivamente que hay un problema grave de trata que particularmente está impactando a niñas, en algunos casos también a niños, y es un tema complicado. Como hemos dicho en otras ocasiones, este es el segundo delito en importancia en el país, después del narcotráfico, que más recursos genera. El Distrito Federal, como otras ciudades en el país, que tienen esta desafortunada característica de ser destinos turísticos desde la perspectiva sexual, pues el tema se hace mucho más complejo. Ahora, aquí la problemática es que estamos hablando de uno de esos temas que trascienden fronteras, las fronteras de los estados, es un tema nacional y que, por lo tanto, implica estrategias también y respuestas nacionales, de una coordinación de las autoridades del Distrito Federal con las de otras entidades. Hemos visto aquí algunos resultados interesantes, ha habido una serie de operativos para desmantelar redes de trata, pero naturalmente si el tema no se aborda desde una perspectiva nacional, lo que se haga en cualquier lado es un esfuerzo menor.

P: ¿Tiene algún comentario sobre la decisión del Gobierno Federal de que tanto el Ejército como la Marina estén fuera de las mesas de diálogo, así como lo propuso el Movimiento de Javier Sicilia?

LGP: Claro, bueno, la justificación que ellos dan es que están hablando con el Ejecutivo y que el Ejército y la Marina son parte del Ejecutivo. Sin embargo, por la naturaleza de la problemática, por la relación que estas Fuerzas Armadas han tenido en los procesos de victimización que han dado lugar a estos movimientos, a mí me parece que éste tendría que ser un diálogo obligado. Yo creo que sería deseable, desde luego, que tanto la Marina como el Ejército, pudieran confrontar los dichos, las experiencias, lo que ha significado e implicado para todas estas personas la pérdida de familiares, el cambio de vida a que han sido obligados y, al mismo tiempo, que las víctimas escucharan los argumentos que les dirigieran las Fuerzas Armadas. Creo que el diálogo sería productivo, no tengo duda de que, por la naturaleza misma de los actores, ese diálogo tendría que llevar a una sinergia. Desafortunadamente se ha evitado, habría que preguntar cuáles son las razones de fondo, pero ojalá que esa actitud dé paso a una actitud mucho más abierta, que permita el diálogo abierto con todos los sectores.

P: Dice el Gobierno Federal que (inaudible) se firmaron en el Museo de Antropología, ¿eso es un argumento suficiente?

LGP: Es un argumento formal, en todo caso. Yo creo que los conflictos son vivos, obedecen a dinámicas que están cambiando todo el tiempo, y naturalmente debería haber receptividad para esas dinámicas. Entonces, bueno, pues es un argumento formal, simplemente, diría en que habría que pensar que el Gobierno Federal escuche de manera mucho más abierta y sea sensible a los planteamientos que se van haciendo ya en la dinámica misma del diálogo.

P: Sobre el tema aquí de la explotación y los índices, ¿se conoce alguna cifra sobre los posibles casos de violencia sexual contra los menores?

LGP: Pues este es uno de los casos en que hay una elevadísima cifra oscura. Precisamente uno de los objetivos del evento es visibilizar los casos; el objetivo de la RED precisamente es ese: poder encontrar mecanismos para que a través de la referencia y contra-referencia se puedan conocer los casos, se puedan visibilizar y se atiendan de mejor manera. Por la naturaleza misma de estos hechos, ocurre con mucha frecuencia que se quedan sin ser casos conocidos o, cuando son, cuando llegan a las instituciones, para proteger la identidad de las víctimas, que estamos hablando en este caso de niñas, niños y adolescentes, se mantengan también en cierto resguardo.

P: ¿Tiene cifras de los casos…?

LGP: No tengo yo cifras ahora mismo, sería interesante que participaran un ratito del Foro, seguramente ahí se van a ofrecer algunas de las cifras. Justo este Foro concita a una serie de resultados, de investigaciones, que se han hecho en la ciudad de México y en otros lugares para dar cuenta de la magnitud del fenómeno.

P: ¿Se está empujando a los niños y jóvenes del país a una guerra, a una situación de guerra? ¿Esta situación de guerra ya está entrando en el Distrito Federal?

LGP: Bueno, tenemos datos, se ha hablado muchísimo de que hay situaciones complicadas, sobre todo en la periferia. Sabemos de casos en los que en el norte y oriente de la ciudad hay incursiones de algunos grupos delictivos, que están tratando de cooptar jóvenes. Y la información oficial lo que dice es que no hay, como tal, una operación de cárteles dentro del Distrito Federal; oficialmente, eso es lo que se sabe desde el Gobierno Federal incluso, según las observaciones que hace dentro del Distrito Federal. Pero hay datos que permiten tener una idea de que efectivamente hay una incursión de algunos de estos grupos, especialmente cooptando jóvenes; por eso es tan importante tomar en consideración la situación actual de la juventud y la niñez,  porque ellos son la carne de cañón, desafortunadamente son el objetivo principal de estos grupos delictivos. Entonces, bueno, pues hay que tener cuidado en ese sentido.

P: Cuando habla de que los están cooptando estos grupos, yo entiendo que de la delincuencia organizada, ¿los están preparando, los están entrenando, los están adiestrando?

LGP: No. Me refiero a una situación que equivale a la de violencia armada, como la que podría darse en una guerra. Y tenemos un fenómeno similar al que ocurre en situaciones de guerra, como el de la leva, que se da aquí en dos sentidos: por una parte, en el reclutamiento de estos jóvenes para las actividades de la criminalidad organizada, por ejemplo para formar parte de los escuadrones que amedrentan a los pobladores en las distintas ciudades, los pueblos que son objeto de la violencia. Pero también, hay datos de la Red de Protección de Derechos de la Infancia que plantean cómo muchos de estos jóvenes están ingresando al Ejército. Entonces, ya ha habido incluso planteamientos en ese sentido, recordarán ustedes, a algún gobernador que hablaba de la posibilidad de darles trabajo a los jóvenes en las Fuerzas Armadas y en la policía. Entonces, digamos, la tentación de estaleva se hace presente, se hace grave, y desde luego no constituye, de ninguna manera constituye una respuesta adecuada a la situación de la juventud, ni tampoco a la situación de la violencia en nuestro país.

P: ¿Esta leva ya se está dando en el Distrito Federal?

LGP: Bueno, insisto en que de lo que tenemos datos es de aproximaciones de algunas de estas organizaciones criminales que empiezan a contactar con grupos de jóvenes en el oriente y en el norte de la ciudad, probablemente con contactos a través del fenómeno del narcomenudeo.

P: Doctor, ¿no se están anteponiendo cuestiones políticas a la situación de los derechos humanos en el Distrito Federal? O, ¿por qué no se ha llamado a comparecer a ningún funcionario, especialmente al Jefe de Gobierno?

LGP: Bueno, hablé con el Diputado David Razú el viernes pasado, me hizo saber que el jueves anterior tuvieron ya una primera sesión en la Asamblea Legislativa para regular el procedimiento mediante el cual serán las comparecencias. Hay una dificultad técnica, que espero que se solucione pronto, pero de lo que me da cuenta, en este caso el Presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea, es que el tema ya está en discusión, ya hay una propuesta de instrumentación y esperamos que eso se desahogue antes de que concluya el periodo que comienza ahora en agosto.

P: Dicen que ley y tarde no es justicia, ¿esto qué quiere decir, después de tanto tiempo que se está solicitando la comparecencia?

LGP: Bueno, yo diría que efectivamente estas comparecencias no han ocurrido, solamente hay un antecedente, hace ya varios años. Pero lo que es importante aquí es que se define el procedimiento, que se atiende a lo que la ley dice y que este procedimiento tiene que operar ya de manera permanente, de modo tal que una vez que se echa a andar ya sea parte de la labor que cotidianamente tiene que hacer la Asamblea.

P: ¿La situación política no fue entonces un obstáculo para la comparecencia del Jefe de Gobierno?

LGP: Pues habría que preguntárselo a la Asamblea, nosotros esperaríamos que no, sobre todo en este tiempo preelectoral, que las gestiones políticas no obstaculicen los derechos humanos. Gracias.