Boletín 414/2010
28 de diciembre de 2010
En México no hay quien proteja a las y los periodistas en el ejercicio de su labor, por lo que resulta necesario impulsar entre el gremio una cultura de autoprotección para su seguridad, porque ninguna nota, imagen o fotografía vale perder la vida, coincidieron comunicadores en la presentación del libro Manual de Autoprotección para Periodistas, de Andrés A. Solís Álvarez.
En el Salón Digna Ochoa y Plácido de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), el autor y editor del portal electrónico www.seguridadydefensa.com, Andrés A. Solís Álvarez, expresó la necesidad de que las y los reporteros “se cuiden mucho mejor, porque no son ciudadanos especiales y las balas también los matan”.
No se tiene que pensar que la gente te va a respetar por ser periodista, manifestó: “Si no se piensa en el tema de la autoprotección como un ejercicio cotidiano se puede llegar a cometer el peor error que cueste la vida”, declaró.
Por su parte, la periodista Surya Palacios aseguró que las autoridades no se hacen cargo de la responsabilidad que tienen con todas y todos los ciudadanos con respecto a su seguridad.
Señaló que si las personas están a merced de la delincuencia, mucho más las y los periodistas, que a diferencia de aquéllas no huyen de los hechos violentos, sino que van a donde está el peligro, la noticia.
“A diferencia de la ciudadanía que de pronto puede escuchar disparos o algún conflicto y trata de ir a algún lugar seguro, las y los periodistas no, porque la nota va a estar ahí, en la tragedia, en el conflicto”, subrayó.
Enfatizó que más de 30 mil muertos en la lucha contra el narcotráfico en este sexenio no es un número menor, sobre todo cuando no se tiene la certeza que entre ellos sólo se encentran delincuentes.
“Sabemos y hemos sido testigos de las víctimas casuales o de las balas perdidas que de pronto le han tocado a menores de edad, a mujeres y lamentablemente a periodistas”, apuntó.
Lamentó que no haya quien proteja a las y los periodistas en las coberturas noticiosas, por lo que la primera responsabilidad que tienen con ellos mismos, con su ética y con su familia, es la de protegerse.
Por ello, dijo, el libro Manual de Autoprotección para Periodistas proporciona las herramientas para que cualquier persona, no sólo las y los comunicadores, sepa qué hacer en las distintas circunstancias de peligro en las que se pueda encontrar.
En tanto, el Editor de Fotografía de la Revista Milenio Semanal, Arturo Bermúdez, criticó la imprudencia en la que caen las y los reporteros al sentirse inmunes por la labor que realizan.
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“Creo que los periodistas en ocasiones caemos en general en la imprudencia de sentirnos inmunes, de no saber que nuestras familias pueden ser también afectadas”, asentó.
A su vez, el Presidente del Centro de Periodismo y Ética Pública, AC, (CEPEP), Francisco Vidal, se pronunció por impulsar una conducta y una cultura de la seguridad adecuada para los periodistas de México.
“El tener una cultura de seguridad debe ser en primer lugar y ante todo una conducta individual, que parta de una y uno mismo”, comentó.
Consideró que el objetivo fundamental entre el gremio periodístico debe ser administrar el riesgo. “Lo más importante es reducirlo, y también reducir las consecuencias”, añadió.
Expresó la necesidad de establecer en las normas oficiales mexicanas que regulan las condiciones laborales reglas específicas para el trabajo periodístico, porque este sector también necesita de protección especial para ciertos casos.
La integrante de la Relatoría para la Libertad de Expresión y Atención a Defensoras y Defensores de Derechos Humanos de la CDHDF, Elizabeth Palacios, exhortó a los dueños de los medios de comunicación a entender que la protección de sus colaboradores no es un gasto, sino una inversión.
“Cuidar el capital humano es tan importante como cuidar la infraestructura; es lo más importante en una empresa de comunicación, y parece que quienes están solamente interesados en ganar dinero no entienden que la protección no es un gasto, es una inversión”, finalizó.