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Boletín 360/2010 Recuerdan a Gilberto Bosques, hombre de coherencia, integridad y ética

Recuerdan a Gilberto Bosques, hombre de coherencia, integridad y ética.

Boletín 360/2010

20 de noviembre de 2010

 

Como hombre de coherencia, integridad y ética pocas veces visto, fue recordado Gilberto Bosques en el Coloquio Homenaje realizado por la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) al periodista y escritor mexicano, promotor y defensor de la seguridad y los derechos de las personas perseguidas bajo el régimen nazi.

 

La cineasta Lillian Liberman, autora del documental Visa al paraíso, resultado de varias entrevistas con el diplomático, expresó que lo más importante es el ser ético y moral que había en Gilberto Bosques, quien nunca esperó reconocimientos, hizo siempre lo que consideró que tenía que hacer, «a todo lo que hacía le ponía un carácter de dignidad y de una grandeza que me encantaría volver a ver nacer en este país».

 

Resaltó de Gilberto Bosques la coherencia con sus valores ideológicos, que fueron revolucionarios, y que marcaron sus acciones a lo largo de su vida. Refirió que se involucró en el proceso revolucionario, fue diputado por Izúcar de Matamoros en la época de Obregón, luego de la rebelión Delahuertista fue precandidato a gobernador por Puebla contra Maximino Ávila Camacho, y pese al apoyo de la gente, resultó electo Ávila Camacho.

 

Agregó que como Presidente del ala izquierda de la Cámara de Diputados contestó el primer informe de Lázaro Cárdenas, a quien admiraba por su apego a los ideales de la Revolución. Como Cárdenas apoyaba a la República española frente al levantamiento de Franco, envió a su gente de mayor confianza, Luis y Rodríguez y Gilberto Bosques, para que aseguraran la posibilidad de salvar al mayor número de republicanos españoles que estaban desplazándose a Francia.

 

A su vez, el historiador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Fernando Núñez Villaseñor, dijo que el caso de la Legación mexicana en territorio francés de 1940 a 1942, periodo en el cual México rompió relaciones bilaterales con el gobierno colaboracionista francés, si bien ha sido trabajado por historiadores e internacionalistas, nunca se han detenido en la ardua labor humanista de los encargados de dicha misión.

 

Aseveró que las acciones de Gilberto Bosques, apoyado por otros funcionarios, no sólo fueron de carácter diplomático como representante de México, «fueron más allá de su oficio, al salvar miles de vidas, permitiendo con esto la continuidad de generaciones que de otro modo no hubiesen podido existir».

 

Además, recalcó, Bosques fue el punta de lanza para que al terminar la Segunda Guerra Mundial y tras apoyar al Comité Francés de Liberación Nacional de Charles De Gaulle, se elevara la categoría de Legación a Embajada.

 

«La historiografía nacional le debe muchas páginas a este ilustre mexicano, lleno de honor, humanismo y amor a su patria, digno representante de la diplomacia mexicana y de los valores que todo hombre debiera poseer hoy en día».

 

Por su parte, el Secretario Cultural y Artístico del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), Fernando Serrano Migallón, destacó el legado moral de Gilberto Bosques, como lo más importante que dejó, al ser un hombre íntegro con una moralidad agnóstica, no religiosa, que cambió la imagen internacional de México a partir del año 40.

 

Debemos estar agradecidos, dijo, con él y con ese grupo de diplomáticos que junto con el general Lázaro Cárdenas cambiaron la imagen de México en el mundo, y sobre todo, apuntó, es significativo cómo pudieron salvar a una persona, ayudar a una familia, a un niño que pudo sobrevivir, gracias a la decisión de un diplomático como él.

 

Mencionó que todo eso hace que tenga la posibilidad de ser declarado «Justo entre las naciones», una distinción que hace el Estado de Israel a quienes durante el Holocausto defendieron a los judíos poniendo en riesgo su vida.

 

La investigadora del Instituto Mora, Graciela de Garay, resaltó como una de las aportaciones fundamentales de Gilberto Bosques su capacidad de negociación basada en una interpretación de la ley, «no se queda en leer los Tratados, como meras fórmulas, sino que acude a la historia para explorar los precedentes jurídicos y a partir de eso tomar decisiones tajantes».

 

Indicó que como él mismo decía, «hay que saber interpretar, buscar en la historia los antecedentes para sentar precedente jurídico y poder resolver una situación, pero también conocer a la perfección las leyes internacionales». Bosques fue un intérprete de buena fe de las leyes internacionales, anotó.

 

Por otra parte, se presentó el libro Gilberto Bosques Saldívar que es el primer volumen de la colección BioGráficos editado por la CDHDF.

 

El Secretario Ejecutivo de la CDHDF, José Luis Gutiérrez Espíndola, señaló que el volumen es un testimonio escrito, reconocimiento a una trayectoria polifacética, ejercicio de recuperación de lo mejor de nuestra memoria histórica, un compromiso institucional con la divulgación de la obra, del quehacer y de lo que fue su indeclinable compromiso ético con la vida, la libertad y la dignidad de las personas.

 

En la presentación estuvieron la hija de Gilberto Bosques, Laura Bosques; la Investigadora de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), Ana Corina Fernández; el académico de la Universidad Anáhuac, Rafael del Castillo Ruiz, y el Catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Alberto Enríquez Perea.

 

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