El discurso de los derechos humanos empieza a cambiar la perspectiva del quehacer jurídico.
Boletín 358/2010
18 de noviembre de 2010
El Presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Luis González Placencia, reconoció que la llegada y recepción del discurso de los derechos de las personas empieza a cambiar la perspectiva del quehacer jurídico nacional e internacional para bien de las y los ciudadanos.
“Esto ha dado lugar a una suerte de domesticación de los dogmas jurídicos, particularmente en el ámbito del derecho penal y en otros, que hoy nos colocan en una situación distinta a la que se vivía a mediados del Siglo XX”, subrayó.
Al impartir la conferencia “Educación y Derechos Humanos” en el marco del Homenaje a la Maestra María Engracia Rodríguez Moroleón, organizado por la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), definió a los derechos de las y los ciudadanos como triunfos importantes de grupos de víctimas frente a situaciones adversas.
En el Aula Magna Jacinto Pallares de la Facultad de Derecho, el Ombudsman capitalino enfatizó que los derechos humanos son el eje que permite crear unidad en la diversidad.
Reiteró que este proceso de domesticación de las disciplinas en general a manos de los derechos humanos está produciendo efectos sociales para bien.
Además, exhortó a no ver a las niñas y a los niños como seres humanos en proyecto a futuro, cuando son el presente, y a no considerarlos, como a las mujeres y a los indígenas, como grupos vulnerables.
“Las niñas y los niños son personas completas, y por eso es necesario tratarlas como personas completas, porque la visión de su capacidad es relativa”, dijo.
Planteó la necesidad de crear condiciones para que las niñas, niños y adolescentes accedan a la misma gama de derechos humanos a la que tienen acceso los adultos, e incluso todavía más cuando se encuentran en condiciones de vulnerabilidad, riesgo o discriminación.
Apuntó que cada vez que el Estado reconoce un derecho se obliga a cumplirlo, lo que significa que tiene que colocar las condiciones para que las situaciones de desigualdad se compensen.
Señaló que el reto en el tema de los derechos de la infancia “es cambiar el chip” a las y los operadores jurídicos y a aquellas personas que tienen que ver con este rubro. “Ese es quizás el reto más importante que se tiene: el poder ver que la realidad cambia y se tienen que construir otros mecanismos de interlocución”, finalizó.
En el Homenaje a la Maestra María Engracia Rodríguez Moroleón, quien fue una incansable luchadora por la defensa de los derechos humanos y que falleció en septiembre de 2009, estuvieron presentes quien fuera su esposo, Rafael Salazar Murguía, y su hijo Carlos Francisco Salazar Rodríguez.
