CDHDF ha garantizado la protección de los datos personales de las internas agraviadas en la Recomendación 4/2010.
Boletín 313/2010
15 de octubre de 2010
En el marco de la Recomendación 4/2010, relativa al caso de violencia institucionalizada de género: hostigamiento sexual, explotación de la prostitución ajena y trata de internas en el sistema penitenciario del Distrito Federal, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) ha garantizado la protección de los datos personales de las internas agraviadas y los testigos, tanto en la integración de la queja como en la emisión de la Recomendación, no sólo en concordancia con su mandato legal y la Ley de Protección de Datos Personales del Distrito Federal, sino porque constituye una condición fundamental para proteger la integridad de las internas involucradas y respetar su derecho a la identidad e intimidad personal.
Ante la publicación reciente de notas periodísticas en las que se han mencionado los nombres de pila de algunas mujeres que supuestamente se encuentran recluidas y que al parecer ejercerían la prostitución, es preciso indicar que la investigación que realizó este Organismo se refiere a la existencia de una red conformada por servidores públicos en los Reclusorios Norte, Oriente, Sur y del Centro Femenil de Readaptación Social Santa Martha Acatitla, juzgados penales e internos, destinada a la facilitación de internas a internos que pagan para sostener encuentros clandestinos con ellas.
Si bien, es positivo que la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) esté realizando las indagaciones necesarias para determinar la responsabilidad penal que se desprende de la explotación de la prostitución ajena y la trata de internas en el sistema penitenciario del Distrito Federal, la CDHDF hace un atento exhorto para que en el cumplimiento de su labor salvaguarden la identidad e integridad de las internas y garanticen los derechos al debido proceso de los testigos y personas indiciadas.
La Comisión refrenda su compromiso con el derecho a la libertad de expresión, pues su cotidiano ejercicio consolida la democracia y la transparencia en nuestro país; sin embargo, hace un llamado para que la información no ponga en riesgo la integridad y seguridad personal de las mujeres que privadas de libertad se encuentran en una situación de especial vulnerabilidad.
