Pregunta: ¿Qué opinión le merece lo sucedido anoche en Milpa Alta?
Luis González Placencia (LGP): Bueno, lo primero que hay que celebrar es que no hay nada que lamentar, que a pesar de que las cosas, sabemos que se pusieron bastante complicadas, fueron manejadas de cierta manera que no generaron víctimas. Preocupa, sin embargo, que no se haya podido cumplir con el cometido que tenía la Policía Federal y lo que hay que evitar es que eso siente un precedente, para que cuando se den situaciones como esta, de gran conflicto social, pues no se pueda cumplir con la misión que tienen, en este caso, los agentes federales.
P: Pero, ¿no es una mala señal el que los agentes hayan tenido que ser rescatados?, por fortuna fueron rescatados, y esa fue la nota, pero si hubieran sido ejecutados, hubiera sido otro el tenor, ¿no?
LGP: Sí, tenemos el antecedente de Tláhuac, como todos ustedes saben, donde desafortunadamente el asunto terminó en una desgracia. Ayer eso se evita, eso hay que celebrarlo, hay que celebrar que no hay víctimas, pero sí hay que revisar la manera en que estas intervenciones de la Policía Federal se dan, sobre todo en estas comunidades, que son altamente conflictivas.
P:¿Qué tanta preparación a la Policía…? Es decir, está lo de Tláhuac, lo del caso donde estuvo involucrada Jacinta, es decir, hay varios eventos, y también con el crimen organizado en Chihuahua, en Michoacán. Es decir, ¿falta preparación para la Policía, para que pueda realmente hacer su trabajo sin que pueda ser detectada por la gente?
LGP: Sí, yo creo que, eso lo hemos dicho en diversas ocasiones, es necesario formar policías específicos para cada tipo de operativo. En estos casos en los que hay una alta conflictividad social es necesario que haya un trabajo previo de la policía en la zona, que se consideren todas las posibilidades que hay de que la gente obstaculice el trabajo de la policía. Entonces, en ese sentido, me parece que sí es importante reforzar ahí la capacitación policial para que ellos puedan cumplir con su trabajo de manera libre.
P: Doctor, en estas zonas no es la primera vez…, en las zonas rurales del Distrito Federal, ¿hace falta trabajo de la autoridad para sensibilizar a la población en este tipo de situaciones?
LGP: Sí, mucho hemos hablado de la necesidad de modelos comunitarios de policía. Eso lo que significa es que tenemos que generar condiciones para que la comunidad acepte a la policía y para que la policía sea, a su vez, aceptada en la comunidad. Entiendo que el caso de ayer era un operativo federal, que tiene lugar en esta zona; eso implica otro tipo de dinámicas, pero eso no significa que la policía no deba de estar preparada para poder cumplir con su trabajo en condiciones que son previsibles, porque como ustedes bien lo han dicho, estas situaciones se han repetido en otras ocasiones, de modo que hay antecedentes que pudieran haberse tomado en cuenta.
P: El hecho de haber sido detenidos sin una orden de cateo, sin una orden de detención, que era nada más para confirmar la situación jurídica de estas personas, ¿eso no es una violación a los derechos?
LGP: Entiendo que las detenciones no se llevaron a cabo…
P: Porque los recuperaron…
LGP: Así es, no conozco los detalles judiciales del caso, no sé si traían o no traían orden. En todo caso, sabemos que los supuestos de detención en este país sólo son dos: o bien por flagrancia o bien con orden de aprehensión, esas son las dos únicas posibilidades que hacen legal una detención.
P: Facundo Rosas confirmó que no llevaban orden…
LGP: Si no llevaban orden, entonces cualquier orden debió haber sido antes sancionada por un juez. Estaríamos hablando de que se estaba llevando a cabo una detención ilegal.
P:¿No es una mala señal que a cambio de rescatar a estos dos Policías Federales se hubiese tenido que liberar, independientemente de que hubiese orden de aprensión o no, es decir, negociar a dos probables responsables?, a cambio de una liberación, ¿esto no es una mala señal?
LGP: Sí, ahí tendríamos que distinguir dos cosas: por una parte, desde el punto de vista formal, si no había orden de aprensión entonces no hay negociación; pero, por otro lado, si esta detención tenía formalidades para ser una detención formal, sí el antecedente es malo, porque en un momento dado que una comunidad se levante y proteja a personas que están siendo investigadas por la justicia, no debe ser de ninguna manera un pretexto para que la justicia no se cumpla.
P:¿La Comisión investigará estos hechos?
LGP: No, porque son de competencia federal. Tenemos quejas, desde ayer tuvimos quejas, tuvimos algunas quejas, pero se derivaron a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
P:¿Cuántas quejas?
LGP: No, no tengo el número exacto…
P: ¿De quién…?
LGP: De pobladores de la zona.
P: ¿Hay que seguir respetando los usos y costumbres, como dijo el Secretario de Seguridad Pública (SSP)?
LGP: En estas zonas, en donde estos usos y costumbres están muy arraigados, me parece que es muy necesario sí respetarlos. Pero también es importante generar condiciones para que esos usos y costumbres no se conviertan en un obstáculo para el cumplimiento de la ley.
P:¿El actuar de la policía, en este caso, de la policía capitalina?
LGP: Los datos que tengo, hasta hoy, es que no hubo nada que lamentar, que se actuó a tiempo, que se actuó de manera correcta y que el objetivo principal era evitar el conflicto social. Entonces, hasta el momento, nosotros no tenemos ahora ninguna razón para investigar la actuación de la policía, a menos que tuviéramos quejas de pobladores de la zona, sobre algún supuesto de violación a derechos humanos por parte de la policía capitalina, intervendríamos. Pero hasta ahora entiendo que todo ocurrió muy bien.
P: ¿Cuál es su posición respecto a esta ponencia de discriminalizar la posesión de drogas para consumo personal? ¿Cuál es la posición de la Comisión?
LGP: Bueno, el hecho de que exista un foro como el que estamos viendo entre los días de ayer y hoy ya da cuenta de la necesidad de revisar la política actual sobre drogas. Este es un tema ya muy viejo, es un tema que tiene por lo menos 30 años en la mesa. Yo creo que a lo largo de estos 30 años lo que sí podemos constatar es que el modelo que se ha venido utilizando para combatir las drogas de alguna manera no es el correcto, ha generado una gran cantidad de muertes, muchas más de las podrían haberse generado por el solo consumo de drogas y ese es ya un motivo suficiente para revisarlo. La posición de la Comisión siempre ha sido en el sentido de revisar si las políticas que se llevan a cabo tienen resultados efectivos. Si esos resultados son contraproducentes, lo que nos parece es que es necesario revisar y que si la legalización puede convertirse en una vía para reducir el número de víctimas mortales, pues es una vía que tendríamos que tomar seriamente.
P: ¿Acabaría esto con la violencia?
LGP: Es difícil hacer un cálculo certero, pero lo que podemos decir es que reduciría, sin duda reduciría, el ámbito de ilegalidad en el que hoy ocurren una serie de eventos relacionados con el narcotráfico y, en ese sentido, estaríamos reduciendo una parte de la violencia; una parte, por ejemplo, de violencia que está relacionada tanto en las luchas entre los cárteles, como en la lucha del gobierno federal contra los cárteles.
P:¿Legalizar todas las drogas?
LGP: Los esquemas que se han planteado en muchos países tienen que ver con un modelo de legalización específico para ciertas drogas, para lo que se ha llamado “drogas suaves”, no necesariamente todas las drogas. Ahora, regularizar es una cosa, legalizar es otra cosa; también podemos hablar del esquema de regularización, que lo que implica es que no necesariamente son legales o el acceso no es libre a todas las drogas, sino que se regula, a través de mecanismos, ya sea administrativos o penales el acceso a determinadas drogas, por ejemplo, a ciertas poblaciones: los niños, niñas y adolescentes no tendrían acceso libre a las drogas; las personas adultas podrían tener acceso libre a determinadas drogas solamente.
P: En su exposición hablaba acerca de lo que podría ser esta regulación parcial de las drogas como parte de la estrategia, ¿nos podrían ampliar un poco?
LGP: Bueno, la idea de fondo es que estamos frente a un fenómeno de mercado y tiene que ser tratado fundamentalmente como un fenómeno de mercado. Eso lo que implica es que hay que traerlo del ámbito del mercado ilegal en el que está ahora, al ámbito del mercado legal. Probablemente eso no puede ocurrir de inmediato, no sería deseable seguramente que ocurriera de inmediato, y por otra parte tampoco creo que quienes ahora se benefician del mercado ilícito fácilmente permitan que haya un cambio hacia el mercado legal. Entonces la vía de la regulación lo que implica es un tránsito paulatino hacia la legalización, permitiendo el acceso a determinadas drogas, bajo determinados parámetros, a determinadas personas solamente, por ejemplo, niñas, niños y adolescentes no; y eso lo que implicaría es generar mayores certezas para los consumidores, por lo pronto. Tener también un control más claro sobre las ganancias, sobre los ingredientes, en general sobre el producto droga, y daría por lo tanto la oportunidad de reducir los niveles de violencia que hoy se plantean estando la droga en el mercado ilegal.
P:¿Cuál sería la idea en esta forma parcial? ¿Algunos lugares en donde se pudiera consumir, o cómo sería la…?
LGP: Hay que pensar claramente cuáles serían los mecanismos para llevar adelante esa regulación, pero definitivamente sí habría que plantear algunos límites, como decía que niñas, niños y adolescentes no; probablemente no todas las drogas, algunas, las que sean consideradas como drogas suaves, por ejemplo, esas podrían entrar a la regulación; en algunos establecimientos no. ¿Me explico? Entonces hay que plantear el tema en términos de los límites necesarios para que la regulación no se convierta en contraproducente.
P: ¿Se ha pensado esto ya de manera formal como una iniciativa tal vez en la Asamblea Legislativa o…?
LGP: No; bueno, ha habido, por supuesto que ha habido, la intención. No sé si ha llegado a iniciativa, pero sí ha habido la intención en la Asamblea del Distrito Federal de plantear el tema de la legalización de las drogas.
P: ¿Y ahorita estaríamos preparados para una propuesta de este tipo, la ciudad de México al menos?
LGP: Como en todos los temas que involucran derechos de personas, independientemente de la preparación de la sociedad, a mí me parece que hay que empujar mecanismos, porque en casos como este en particular estamos hablando de salvar vidas, y esa es una prioridad.
P: ¿Cómo se podrían salvar vidas legalizando drogas que son sustancias que poco a poco van minando el cuerpo humano?
LGP: A través de información, por ejemplo; a través de la generación de mecanismos a través de los cuales los consumidores se responsabilizan de su consumo. Todas las personas consumimos una cantidad de sustancias que son dañinas a nuestro cuerpo, y las consumimos responsablemente. El problema es que hemos satanizado a ciertas sustancias que son las que consideramos drogas ilegales. Entonces no necesariamente hay una relación entre la legalización y el aumento en el fenómeno del consumo, ni tampoco en la pérdida de vidas por el fenómeno del consumo. Lo que sí es cierto, lo que sí tenemos hoy con toda claridad, es que la política violenta contra las drogas genera más violencia y ha producido más muertes. Entonces habría que ahí pensar si no nos ha salido contraproducente esta estrategia.
P: Doctor, en otro tema, la Secretaría de Seguridad Pública local pretende reactivar los retenes, ¿qué opinión le merece?
LGP: Bueno, la Comisión se ha mostrado en contra de estos retenes porque desafortunadamente con motivo de ellos se han producido muertes de personas, de jóvenes en particular. Tengo entendido que harán una consulta con nosotros para saber la opinión de la Comisión. No se han acercado todavía. Nosotros mantenemos nuestra posición respecto de que estos retenes no son una buena medida, y se la haremos saber al Secretario.
P:¿En este caso la Comisión acompañaría estos operativos preventivos?
LGP: No, hasta ahora no tenemos pensado acompañarlos.
P: Sobre el llamado a que se apruebe la reforma a nivel nacional de seguridad, principalmente el Ejército se pronunció la semana pasada y dijo que ellos respetan los derechos humanos, pero quieren un marco jurídico que les permita mayores libertades. ¿Cuál es la posición de usted?
LGP: Lo primero es que es imprescindible evitar confrontar derechos humanos y seguridad pública. No son opuestos. Y en ese sentido hay que hacer una lectura de esta iniciativa de Ley de Seguridad Nacional. Yo creo que hay temas ahí que tenemos que revisar con mucho cuidado, temas que involucran a los estados, temas que involucran a las Comisiones de Derechos Humanos. Que se actúe con apego a los derechos no significa solamente mencionar a las Comisiones o darles una participación. El tema aquí es que en el núcleo de la política de seguridad debe estar el respeto a los derechos humanos.
P: Doctor, brevemente, la semana pasada el Presidente Calderón envió esa propuesta a la Cámara de Diputados en materia de seguridad para el Distrito Federal. No sé si ya tuvo oportunidad de leerla, ¿qué opinión le merece la propuesta como tal?
LGP: No he tenido oportunidad de leerla, aunque sí tengo que decir que me parece que no era el modo de aproximarse al tema de la seguridad en el Distrito Federal. El Distrito Federal ha tenido un proceso ya de muchos años en los que se va afianzando su independencia, su autonomía, y aunque no somos un estado ya hay datos suficientes desde el punto de vista político como para dar por sentada la autonomía que tiene el Gobierno del Distrito Federal frente al Gobierno federal. Entonces me parece desafortunado que se haya hecho de esa manera.
P: La han calificado como injerencista, ¿coincide con ello?
LGP: En ese sentido sí coincido, porque me parece que en principio tendría que haberse respetado los cauces políticos para hacer llegar la propuesta como una opción para el Distrito Federal, porque digamos que hacerlo como se hizo implica desconocer este avance democrático que ha habido en la ciudad. Muchas gracias.