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La violencia en el hogar es más frecuente que en la calle: Elena Azaola Garrido

Boletín 314/2009
5 de diciembre de 2009

 

La Consejera de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Elena Azaola Garrido, aseguró que la violencia en el hogar supera por mucho a la que se presenta en las calles como delito.

“La violencia familiar tiene una incidencia que supera, y por mucho, cualquier otro tipo de delito. Si sumáramos todos los delitos, históricamente son muchos más los que se cometen dentro de los hogares contra los seres cercanos”, acentuó.

Durante el Foro Interdisciplinario “Orígenes de la Violencia en México”, aseveró que hoy en día cualquier persona tiene un riesgo elevado de sufrir abusos, llegando a la muerte en el hogar o en la calle.

En el Auditorio Jaime Torres Bodet del Museo Nacional de Antropología, la también investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores de Antropología Social (CIESAS) apuntó que los orígenes de la violencia están vinculados a relaciones personales de dominio, sujeción y humillación.

“Cuando hay situaciones de abuso, de dominio, de sujeción, de humillación, que aplastan y no reconocen a la persona, es decir, la violencia de género, ésta se convierte en un caldo de cultivo de los orígenes de la violencia”, subrayó.

Identificó a la desigualdad ciudadana como otro tipo de violencia. “Es un destructor de capital social, crea desconfianza, cinismo, falta de interés para socializar y apatía, y la desconfianza mina la legitimidad y reduce la gobernabilidad democrática”, dijo.

Enfatizó que la sociedad no confía en las instituciones de justicia y que en la actualidad las personas crecen viendo a la violencia como algo natural.

La Consejera de la CDHDF expresó su desacuerdo con la política de seguridad del Gobierno federal enfocada sólo al crimen organizado, cuando ésta tiene que ver con el uso de los espacios, lo social, lo laboral, la salud, la educación.

“Mi mayor inconformidad es con el hecho de que se tengan políticas de seguridad que de una u otra forma nos hacen sentir que esas muertes son un daño colateral necesario con tal de combatir el crimen organizado”, apuntó.

Elena Azaola Garrido exhortó a las autoridades a colocar el tema de la violencia como prioridad para preservar la vida, porque a final de cuentas las familias mutiladas por las ejecuciones no reciben ni justicia, ni verdad, ni reparación del daño.

Por su parte, para el catedrático de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, Chihuahua, Hugo Almada Mireles, aseguró que el narcotráfico es la principal causa de violencia en México, acarreando tres efectos: la corrupción policial, el enrarecimiento de la acción política y el incremento de las adicciones.

Calificó a la guerra del Gobierno federal contra el narcotráfico como “falsa y mentirosa”, pues no se combate por ejemplo el lavado de dinero y se ha convertido principalmente en una guerra contra los pobres.

Afirmó que esta pugna sólo ha generado más violencia en Juárez, en donde van 2 mil 400 asesinatos en lo que va de 2009.

Almada Mireles consideró que si realmente se quiere desactivarla se requiere avanzar en la transparencia de las reglas, en lugar de leyes en contra de los derechos humanos.

A su vez, la Coordinadora de Investigación y Proyectos Académicos del Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Lucía Melgar, lamentó que la sociedad ya tolere la violencia y que la lucha contra el crimen organizado borre otras intimidaciones, como la ejercida contra las mujeres.

En el Foro Interdisciplinario “Orígenes de la Violencia en México”, también participaron el Presidente del Instituto para la Democracia, AC, (Insyde) y Consejero de la CDHDF, Ernesto López Portillo Vargas; el Director de Cauce Ciudadano, AC, Carlos Cruz Santiago; la maestra en sociología por la Universidad Iberoamericana, Florinda Riquer Fernández; la Presidenta de Comunidad para el Desarrollo Humanos, AC, María de Lourdes Cuéllar; y el investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), José Luis Cisneros.