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Advierte Clara Jusidman sobre daños sociales irreversibles, de continuar con uso de la fuerza del Estado en el combate a la violencia

Boletín 324/2009
13 de diciembre de 2009

La Consejera de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Clara Jusidman, advirtió sobre la existencia de elementos detonadores de violencia que, al combinarse con la única medida de contención que ha aplicado el Estado, a través del uso de la fuerza, se corre el riesgo de daños irreversibles a la sociedad.

En el marco del Foro Interdisciplinario Orígenes de la Violencia en México, explicó que “En México hemos tratado de curar la violencia mediante medidas de contención, del uso de la fuerza del Estado”.

 Lo anterior, explicó, es como aplicar quimioterapia agresiva, radioterapia invasiva o como extirpar cuerpos extraños y nocivos, hablando inclusive, lamentó de limpiezas del cuerpo social: “Si eso es lo único que estamos aplicando, lo único que estamos haciendo es escalar la violencia, responder a violencia con más violencia”.

 Esas políticas, señaló la Presidenta Fundadora de Iniciativa Ciudadana y Desarrollo Social, INCIDE Social, A.C., violentan aún más la precaria convivencia y posibilitan ampliamente la violación de los derechos humanos de los jóvenes, los indígenas o de quienes, a través de organizaciones sociales se atreven a protestar reclamar y visibilizar situaciones de abuso e injusticia.

 En ese contexto situó las agresiones, desapariciones y asesinatos de defensores de derechos humanos y periodistas en los últimos años: “”Unos somos los buenos, los amenazados, y otros son los malos, los que nos amenazan. Así, aceptamos modalidades de intolerancia que agravan las circunstancias y deterioran nuestra convivencia social”.

 Y es que, de acuerdo con Clara Jusidman, bajo las políticas de contención y castigo, nadie está exento de ser culpado o criminalizado: “Finalmente todas y todos contribuimos de alguna forma a construir ambientes y relaciones violentas”.

 Tenemos que trabajar, exhortó, en políticas sociales y económicas, con modelos de democracia en la familia, en la escuela y en la comunidad, en todo el territorio nacional, y no al contrario, porque actualmente los estamos destruyendo, dijo.

“Necesitamos recuperar el tejido y la cohesión social, la esperanza de que este país está trabajando para construir opciones de vida para sus ciudadanos y para las y los jóvenes, fundamentalmente”, señaló Jusidman.

 El gran grito es, cuestionó “¿Qué vamos a hacer para sacar a los jóvenes de esta condición de desempleo y de falta de interés en la educación e inactividad?, porque como sociedad no les estamos ofreciendo opciones positivas”.

 La intención del Foro, explicó, fue escuchar e intercambiar impresiones con los especialistas de las ciencias de la salud, de la biología, de la neurofisiología; de la cultura, filósofos, teólogos, pedagogos, comunicadores; de las ciencias del desarrollo urbano, para ver cómo se construye el desarrollo de las ciudades; y de las ciencias sociales.

 “La idea es tratar de entender qué es lo que pasa y, fundamentalmente, tratar de construir alternativas de intervenciones de tipo social, cultural y económico que vayan deconstruyendo los fenómenos de violencia. Ese es el propósito: buscar alternativas complementarias a las medidas que ha venido tomando el Gobierno”, subrayó.

 De acuerdo con la Consejera de la CDHDF: “Tenemos que aprender relaciones de respeto, relaciones de diálogo, relaciones de solidaridad, que también hemos perdido. Estamos muy metidos en lo individual, en cómo resolvemos nuestros problemas, aún a costa de pisar a otros. Y eso es un ambiente de convivencia violento”.

 Todos ayudamos a la construcción de violencia, advirtió: “Cuando tratamos mal a una gente, cuando discriminamos a una persona, cuando no le pagamos adecuadamente a una persona que nos hace un trabajo, porque pensamos que lo que queremos es tener dinero y ser muy poderosos, porque es el modelo que nos ha enseñado la economía global”.

 Puso como ejemplo el caso de Ciudad Juárez, Chihuahua, de Tijuana, Baja California y de Aguascalientes, como sitios en los que se registran gérmenes y riesgos de explosión de violencia, que pueden ser difícilmente controlables.

 Finalmente, lamentó que colateralmente, como parte del contexto de violencia, en 2012 el clientelismo político y la compra de votos serán el gran modelo de construcción de democracia en el país.

 “Lo que vamos a ver es el uso del clientelismo y la compra de votos por medio de los programas sociales, pero no de los que elevan los derechos de los ciudadanos, que construyen ciudadanía y que empoderen a las personas”, advirtió.

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