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Hasta 10 años puede tardar una mujer en reconocerse como víctima de violencia: Elena Azaola Garrido

Boletín 302/2009
25 de noviembre de 2009

Al denunciar la falta de apoyos eficaces, la indiferencia y el desconocimiento por parte del Estado y la sociedad ante la violencia doméstica, la Consejera de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Elena Azaola Garrido, afirmó que una mujer puede tardar hasta 10 años en reconocerse como víctima de violencia.

Al presentar el “Manual de violencia doméstica”, de Verónica Navarro Bénitez, señaló: “El texto dice que a muchas de las víctimas de esta violencia les puede tardar en promedio 10 años en reconocer e identificar el problema”.

Aseveró que en la actualidad la violencia extendida en la sociedad tiene graves impactos en la familia que no son atendidos. Como señalaron otros especialistas, dijo, “vivimos un estado de entorpecimiento mental estupuroso por cotidianidad trágica”.

Explicó que la violencia al interior de las familias es histórica, ubicada en todas las culturas y en todos los países: “Si se sumaran todos los delitos a lo largo de la historia de la humanidad, la violencia al interior de las familias ocupa el lugar número uno entre los delitos”.

En el marco del Día Internacional por la Eliminación de Violencia en contra de las Mujeres, la especialista en antropología social por el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores de Antropología Social (CIESAS), aseguró que se puede abordar el problema y menos actuar eficazmente si no se adopta un compromiso con las víctimas.

El acoso moral, expuso, es considerado el “asesinato del alma” y capaz de aniquilar a los otros sin ensuciarse las manos. “Es esta dosis de pequeñas violencias diarias que es difícil de identificar por las mujeres involucradas. ¿Cuántas muertas hemos vista caminar por las calles como productos del asesinato de su alma?”, apuntó.

Azaola Garrido indicó que la autodestrucción es la consecuencia de ese otro que introduce humillaciones constantes y que terminan por ser incorporadas, hacerlas suyas, y hacerse cómplice de la violencia del otro.

Sostuvo, de acuerdo con el documento, que hay leyes que protegen más otros ámbitos que a la propia familia en los casos de violencia. Insistió en que es un asunto público de la mayor importancia y no de carácter privado.

“Se explica que es normal el malestar que sienten las víctimas de agresiones, mientras que toda una corriente social o los principios que son inculcados se oponen a este enojo y en ocasiones la hacen ver como equivocada, incluso loca”, relató.

Explicó que un estudio galardonado con el Premio Iberoamericano en Ciencias Sociales sobre los feminicidios en el Estado de México, concluyó -al hacer un cruce de distintos factores sociales- que las mujeres que decidieron ser ellas mismas, que tomaron el destino de su vida en sus manos, que eran autónomas, fueron las asesinadas.

Los ejercicios que propone el texto para sensibilizar a las personas víctimas de violencia los calificó de valiosos al pedir que identifiquen los maltratos velados (los que casi no se ven), clasificados de la siguiente manera: maltratos velados por las buenas, por las malas y por las muy malas.

La Consejera de la CDHDF consideró que el libro es un compendio que reúne el saber sobre la violencia, las relaciones de poder, la dominación y la desigualdad. No obstante, es bello porque invita a establecer una conexión con la vida.

“El libro es una mirada a la lucha contra la violencia desde las vivencias internas de la autora y otras mujeres que la padecieron, problema ante la cual no podemos ser indiferentes”, enfatizó.

En tanto, el Director General del Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad (ICESI), Luis de la Barreda Solórzano, ponderó que el trabajo de Verónica Navarro es un testimonio de la pesadilla que sufrió durante muchos años.

“¿Cómo es posible que el príncipe azul se convirtiera en sapo, verdugo de todos los días? Lo que era algo halagador se convirtió en asfixiante. Se transformó en un ser antisocial, un ser inhóspito. Cuando supo que se trataba de violencia se fue quedando sola”, narró.

La actriz Diana Bracho consideró que el “Manual de violencia doméstica” es una muestra del dolor que padecen las mujeres, pero con una gran sensibilidad para luchar por su dignidad.

Durante la presentación realizada en el Instituto Nacional de Ciencias Penales (INACIPE), la autora Verónica Navarro Bénitez, fundadora de la asociación civil Mujeres Aportando a Mujeres, agradeció a las mujeres, niñas y niños que han sobrevivido a este problema: “El trabajo es un reconocimiento que pretende hacerlas visibles y llenarlas de solidaridad.

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