Boletín 292/2009
15 de noviembre de 2009
En el Día Internacional para la Tolerancia, (16 de noviembre), la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) se suma al espíritu de respeto y celebración de la diferencia y se manifiesta contra cualquier forma de intolerancia y discriminación hacia las personas.
Este Organismo Público destaca que hoy más que nunca, la ciudad de México y el país todo requieren abrirse a la práctica de esta virtud cívica, de esta actitud activa y positiva que permite el respeto a los derechos humanos de todas las personas; que combate la insensibilidad y la indiferencia auspiciando el fortalecimiento de la democracia, la paz y la seguridad.
La CDHDF fundamenta su lucha contra la intolerancia y la discriminación en el respeto a la dignidad humana, y concibe la tolerancia no como un fin sino como un medio esencial para combatir la injusticia y la violencia, lograr la equidad y educar en y para la paz.
En esta fecha, la CDHDF hace pública una auténtica aspiración de todos los organismos, instituciones y personas que trabajan por los derechos humanos: que este Día Internacional para la Tolerancia brinde una nueva oportunidad de estimular la acción, con miras a fomentar el respeto y el conocimiento entre las personas.
Esta es ocasión de manifestar solidaridad con las víctimas de la discriminación y la intolerancia, y de redoblar esfuerzos para velar por que cada persona, en cualquier lugar del mundo, pueda disfrutar plenamente de sus derechos humanos universales e indivisibles.
El 16 de noviembre fue decretado “Día Internacional para la Tolerancia” en 1995 por iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Se trata de una fecha que atrae la atención del mundo hacia los logros y, sobre todo, hacia lo que aún queda por hacer a fin de promover los valores de la tolerancia, en particular para beneficiar a las comunidades humanas más vulnerables y marginadas.
Esta Comisión de Derechos Humanos hace énfasis en que las incansables batallas dedicadas a promover y proteger los derechos humanos muestran que éstos sólo pueden existir plenamente en el contexto de la tolerancia.
Reflexiona que la tolerancia es, en verdad, el elemento que permite que cada identidad encuentre su expresión cabal y apropiada. Tolerancia no es sinónimo de aceptación pasiva, es una manera de vivir basada en la estimación y comprensión activa de los valores y las decisiones de los demás. Es el complemento necesario de la diversidad en la que vivimos y es un componente fundamental para una verdadera y sana vida democrática.
La UNESCO ha establecido criterios –como la Declaración de Principios sobre la Tolerancia (1995), la Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural (2001), y la Convención sobre la Protección y la Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales (2005)– que reconocen la importancia de la diversidad y contribuyen a fomentar un contexto favorable y, por ende, tolerante.
En un mundo cada vez más globalizado, la diversidad –ya sea cultural, étnica, religiosa, lingüística, social o de otra índole– es la que define a las sociedades, al enriquecerlas y hacerlas más conscientes y responsables del mundo en general. Si bien es cierto que la pluralidad no garantiza la tolerancia, el rechazo de la pluralidad es, sin duda, una de las causas principales del incremento de la intolerancia